Los héroes olvidados de la educación en medio de la pandemia
Los héroes olvidados de la educación en medio de la pandemia

Don Efraín Raymondi Clemente, “El profe”, convirtió la sala de su casa de San Juan de Miraflores en un salón de clases. Desde luego, nunca imaginó ni planificó esta apresurada pero bien lograda remodelación, en favor de una gran causa: la enseñanza.

Reemplazar los cuadros y retratos familiares que colgaban de sus paredes por un pizarrón y decenas de papelotes con apuntes, y fórmulas no fue tan difícil. Sin embargo, sí lo fue tener que usar herramientas tecnológicas que no conocía para seguir educando a sus más de 30 alumnos del Colegio 6015 de José Gálvez, en Villa María del Triunfo, a quienes no podía dejar a la deriva en medio de esta terrible pandemia.

“Quiero que se sientan como en el aula de siempre”, señala. Esta, por supuesto, es la misma consigna que otros miles de maestros peruanos están persiguiendo en medio de los obstáculos y contagios que ha provocado el virus, de la que también son presa, y de algunos abismos educativos que no se solucionan a lo largo de las décadas.

GRAN COMPROMISO. El educador de carrera y exministro de Educación Idel Vexler destacó en diálogo con Correo la permanente dedicación y destacada labor de los maestros, y su valía en estos tiempos, donde tuvieron que volverse tecnológicos, en un país donde aún existen inmensas brechas y desigualdades en conectividad, “La peor parte la llevaron los educadores del sector público, que no contaban con las herramientas tecnológicas que poseen sus pares de escuelas privadas. Lo mismo pasa con los escolares, que ni cuentan con conectividad, pero que luchan por su educación”, señaló, después de afirmar que el Estado debería crear aplicaciones de celular especiales para que las clases virtuales lleguen a quienes no cuentan con internet.

Por ejemplo, el docente Efraín Clemente aprendió a usar el WhatsApp para tomar lista a sus alumnos, enviarles los detalles de las clases e incluso formar reuniones virtuales con los padres de familia. “Lamentablemente, son muchos (padres) los que no pueden participar porque no tienen un smartphone”, asegura.

AL PIE DEL CAÑON. La gran destreza histriónica del maestro la representa muy bien Raymondi, cuando salta, baila, se disfraza, toca la guitarra, para sus alumnos. No obstante, esto no es suficiente para cubrir las carencias.

El secretario general del SUTEP, Lucio Castro, dijo a Correo que alrededor de  un 30% del alumnado del país no tiene conexión a internet.

“Aprendo en casa es una decisión extraordinaria del Gobierno, y también ha tenido una respuesta extraordinaria de los profesores, que tienen que hacer de todo para llegar a sus estudiantes a pesar de las dificultades”, señala.

Desde el pie del cañon, el profesor  Salvador Espinoza, describe un panorama desolador, pero sigue adelante por el amor a sus alumnos.

“Muchos alumnos no tienen datos, o sus celulares son analógicos, o no son tan modernos para bajar las aplicaciones para trabajar bien con Aprendo en casa. En el lado de los profesores, son contados los que estaban preparados y dominan las TIC. Se avanza por medio del ensayo-error, muchos sin celulares modernos o con computadoras antiguas”, explica.

El dirigente del SUTEP lamentó esta situación y dijo que esto responde a la continua precarización del sector Educación.

EN LA GLORIA. Estos héroes de la educación tampoco pudieron escapar a la letalidad del COVID-19. Aunque instalaron el aula en sus domicilios, al menos 400 de ellos murieron por el coronavirus, según reveló Lucio Castro. “El profesor peruano siempre ha estado ahí, en los momentos más difíciles. En este Día del Maestro, hay que recordar su eterno esfuerzo y heroísmo”, afirma.

Estímulo

El exministro Idel Vexler señaló que el Estado debía entregar este mes el anunciado aumento de salarios a los maestros y no a fin de año, como fue programado.

“Como educador, saludo a los miles de profesores en su día. Resalto la manera cómo superaron los obstáculos para continuar con la educación en la pandemia”, dijo.