Él podría ser considerado cronista, periodista o simplemente burilador. En este pueblo podría llover ceniza de cielo o abrirse la tierra, pero él continuará esta tradición familiar cuyo origen se pierde en la intermitencia de los recuerdos y los caminos.
En la campiña de Cochas Chico, llena de perfume de flores de retama, lugar paradisiaco y de inspiración, las manos de don Pedro Veli Alfaro trabajan silenciosamente burilando la materia del tiempo, haciendo realidad el adagio de nuestro inmortal César Vallejo: “el arte nace del pueblo y va hacia él”.
Se inicia en el maravilloso mundo del arte a temprana edad: creando, imitando, reproduciendo; siempre avanzando, hasta llegar a convertirse en un gran maestro de los mates en el ubérrimo valle del Mantaro.
EL ARTE LE VIENE DE ESTIRPE. La familia Veli se ha dedicado desde hace varias décadas a la custodia de la memoria colectiva huancaína a través del burilado de mates.
El patriarca fundador del clan fue don Felipe Alfaro Medina (1867-1944).
Según la revista “Ruraq Maki, hecho a mano” del otrora Instituto Nacional de Cultura, su estilo estaba relacionado al de Huanta (Ayacucho): burilado sobre fondo negro. Luego destaca Martin Veli Cabrera (1910-1976), quien a mediados del siglo XX desarrolla la temática campesina con burilado y quemado sobre fondo blanco.
Le suceden Leoncio Veli Alfaro (1937) y Pedro Veli Alfaro (1943), quienes recibieron en 1999 reconocimiento como maestros regionales por su trayectoria artística y de salvaguardia de la cultura popular. Asimismo, este último fue reconocido la semana pasada como “Personalidad Meritoria” por el Ministerio de Cultura en Lima.