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Los restos de lunas vehiculares a un costado del kilómetro 14.5 de la Carretera Central hacen pensar que recién ocurrió un accidente, hipótesis que es corroborada por los pobladores del sector Gloria Grande (Ate), quienes aseguran que al menos una vez a la semana ocurren incidentes de tránsito en la zona.

“Ay, señorita. Siempre hay choques y atropellos en la carretera. En la mayoría están involucrados los chosicanos. Sus choferes corren y a las ganadas tratan de conseguir más pasajeros. Me da miedo hasta cruzar la pista o pararme en el paradero”, cuenta María Quispe mientras espera que el semáforo cambie a verde para pasar casi corriendo al otro lado.

En los últimos 16 meses, las coaster denominadas “chosicanos” han protagonizado más de 13 accidentes en los que han muerto siete personas y otras 200 quedaron heridas. Una de ellas, una quinceañera, continúa en coma.

IMPUNIDAD. La Policía afirma que las causas casi siempre son las mismas: excesiva velocidad y correteo. A esto se suma que varios de los choferes conducían sin brevete una unidad que tampoco tenía SOAT.

Uno de ellos es Durbal Berrospi Escandón, quien el 8 de febrero del año pasado mató al reciclador Teodoro Escobar Apolitano y causó lesiones a 15 de sus pasajeros.

Él, con 65 papeletas en su haber, manejaba el vehículo de placa W2J-791 de la Empresa de Transportes y Servicios Lima Chosica S.A. No tenía licencia porque la Policía se la quitó por conducir ebrio.

Además, el carro con el que atropelló a Escobar sigue circulando y a la fecha ya acumuló más de 20 mil soles en papeletas con diferentes choferes.

El presidente de la Defensoría de Víctimas de Accidentes de Tránsito, Eddy Sernaqué, informó que el proceso judicial de Durbal Berrospi aún está en trámite y sin sentencia, mientras él goza de libertad.

Otro chofer que tampoco tenía documentos es Alberto Gago Rosas (27), quien iba al volante de la coaster A6X-743, con más de 12 mil soles en infracciones. El último 12 de marzo, provocó un quíntuple choque con un muerto y 89 lesionados.

“Lo que sale en la televisión son los accidentes más graves. Uff, en realidad son un montón. Pero es el único medio que tenemos para transportarnos. Así que tenemos que persignarnos nomás antes de subir al chosicano”, cuenta Pedro Rojas en el paradero del kilómetro 14.5 de la Carretera Central, donde -dice- el domingo último hubo otro accidente por los chosicanos.

MEDIDAS. Según el expresidente de Protransporte Gustavo Guerra García, la Carretera Central es la vía más desordenada de Lima por la presencia de todo tipo de vehículos autorizados y piratas.

“Hay mototaxis, buses piratas, taxis colectivos, transporte de carga pesada, combis y las coaster de los chosicanos que son peores que Orión”, dijo.

Para el presidente de la ONG Luz Ámbar, Luis Quispe Candia, la alta tasa de accidentabilidad es por la falta de control de las autoridades, pues -dice- ningún alcalde de la capital ha dejado precedentes suspendiendo definitivamente a un consorcio infractor.

“Es falso que con la ordenanza 1599 no se pueda sancionar a las empresas. El solo hecho de acumular papeletas es causal de retiro de la autorización de circulación. Además, si estas no se pagan en un año, la Gerencia de Transporte Urbano puede iniciar un proceso sancionador. Pero eso nunca se ha hecho, ninguna gestión ha puesto mano dura”, advirtió.

Quispe Candia manifestó que otro problema es el modelo cascarón bajo el que están los cinco consorcios, donde los trabajadores no están en planilla y “los choferes hacen lo que quieren” porque siguen ganando de acuerdo al número de pasajeros que trasladan.