Al parecer necesitaba dinero y no encontró mejor forma de conseguirlo que hurtando. Pero no en tiendas o bancos, sino en el cementerio. Con una mochila iba hasta el camposanto y se llevaba todos los adornos de bronce de los nichos.
HECHOS. Brayan G. T., de 17 años, llegó hasta el Cementerio General de Huancayo ayer alrededor de las 10 de la mañana. Llevaba una mochila en la espalda. Ingresó y dio unas vueltas por el camposanto para despistar al vigilante. Luego se trepó sobre algunos nichos y robó los adornos (imágenes de santos y ángeles).
Cuando el vigilante lo halló, el menor se puso nervioso. “Vine para entregarle una carta a mi enamorada. La estaba esperando”, dijo. Pero nadie llegó a su encuentro, sin embargo tenía en la mano un hoja en la que estaba escrito un texto.
Cuando revisaron su mochila hallaron todas las estatuillas de bronce robadas. El vigilante llamó a serenos de Huancayo que trasladaron al menor a la división de Familia en compañía de una trabajadora de la Beneficencia de Huancayo.
Días antes las personas que tienen a sus deudos en el cementerio indicaron que se les perdían los adornos que traían para los nichos.
Debido a que los hurtos de adornos y estatuillas del lugar han sido varios, la representante de la beneficencia dijo que iba a denunciar el hecho.