El irritante sol del mediodía es lacerante y nadie se atreve a despojarse la gorra para reverenciar al Cristo Moreno que después de 18 horas de recorrido toma un penúltimo descanso. Las sombrillas primaverales esconden el rostro del mar humano de antaño.

Los rayos del Astro Rey de estos tiempos son hirientes y solo causan fastidio y provocan enfermedades en la piel. Han ahuyentado al fiel seguidor del Señor de Luren y a los pocos asistentes; ya no portan velas.

La fiesta morada ha pasado a ser una fiesta de los informales, de los ambulantes que ayer más que nunca lotizaron cada extremo de las calles. Amparada en el brazo protector de la Municipalidad Provincial de Ica, la informalidad pasó a ser formal previo pago.

La ceremonia central fue opacada por la cantidad de sombrillas y los vendedores de comidas que llegaron a estar a escasos metros del estrado principal donde se celebraría la misa.

Los ambulantes incluso llegaron a desplazar a las unidades de primeros auxilios de la Dirección Regional de Salud, que siempre solían estar casi en primera fila para prestar ayuda. Esta vez no. Los informales por poco las envían al fondo.

Hubo protesta, reclamo de los feligreses que no veían espacios para seguir de cerca la misa programada. A través del altavoz también se pidió a los informales a replegarse, pero no, todo siguió igual.

Los ambulantes hicieron prevalecer el derecho pagado para estar allí. Con el ambiente inundado con olor de sopa seca, arroz con pollo, chicharrón y otros, empezó la misa que sería celebrada por el Obispo Auxiliar de la Diócesis de Lima, Raúl Antonio Chau Quispe. El olor a comida superó al incienso y la mirra.

El religioso fue sincero y directo. Pidió sacerdotes honestos. Dijo que en "el mundo hay un amor más fuerte que la muerte" y que todos están obligados a "mostrar el rostro amoroso de Dios".

Recomendó a los jóvenes que la buena vida no se debe desperdiciar "basado en la felicidad donde no está ella". "No vale la pena los instantes engañosos de felicidad. Vale la pena estudiar". Prosiguió y remarcó a no sucumbir ante los vicios como la droga y el alcohol. Y que lo mejor es seguir la vocación sacerdotal o religiosa.

"La feligresía está sedienta de Dios", dijo Chau Quispe quien comentó que "Dios, es el Dios justo que da a cada quien lo que merece". La ausencia del Obispo de la Diócesis de Ica, Héctor Vera Colona, obedece a su viaje repentino a la Ciudad de Lima por cursos de capacitación. No se dejó extrañar.

Una hora antes del mediodía, el Patrón de Ica ingresó al atrio principal de la destruida iglesia para recibir el homenaje. El templo del Señor de Luren sigue destruido y la reconstrucción tendrá que esperar. La Municipalidad Provincial y el Gobierno Regional de Ica son los gestores de la soñada reconstrucción que se aplaza por un buen tiempo.

Personas mayores y en su mayoría los menores de edad se extraviaron antes, durante y después de la misa. Las desesperadas madres de familia encontraron la paz solo después de hallarlos.

Durante la misa, los fieles de la parte posterior se quejaron de las sombrillas que les impedía ver; pero eran necesarias para soportar los rayos cancerosos del sol. Durante la Semana Santa, el Señor de Luren volverá a salir en procesión por las calles de Ica.

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