Minería informal
Minería informal

Los estragos ambientales, tributarios y morales causados por el auge de la minería informal están nuevamente en la primera plana. ¿Por qué hay tanta minería informal hoy en el Perú? Pero también hay minería informal en muchos otros países, sobre todo en África y Asia. ¿Cuál es la razón?

- La primera sin duda es el alto precio del oro, que se fue de $400 por onza hace diez años a $1900 el año pasado. Desde entonces ha habido una fuerte baja a $1300, pero en las últimas semanas hay una recuperación a más de $1400 a raíz de los problemas en el Medio Oriente. Los mismos altibajos ocurrieron a mediados del siglo 19 a raíz de las revoluciones en Europa. En esa época hubo una migración masiva hacia California para buscar minas de oro, y se crearon los legendarios "forty-niners" (la generación de 1849), los mineros informales de esa época.

- La informalidad, no solo en minería sino en todas las actividades económicas, surge de la falta de otras oportunidades: aunque el mercado del trabajo en el Perú ha mejorado notablemente en la última década, todavía no es un mercado fluido en el cual las nuevas generaciones pueden conseguir un trabajo formal fácilmente. La presión de la informalidad mantiene los sueldos bajos y la debilidad del sistema educativo, sobre todo en tecnología, limita la oferta de trabajo formal rentable.

- Contribuye también la tradición de corrupción en varios niveles de las autoridades: se dice que hay muchos casos de corrupción a nivel municipal, policial y, según los medios, también judicial. Además, hay la complicidad de algunos proveedores de insumos y de equipos, sin los cuales sería imposible desarrollar una operación minera rentable.

- Y finalmente el proceso de formalización en el Perú es muy complicado, con autoridades tributarias y policiales que rebuscan el origen de todos los fondos, con multas confiscatorias que quitan cualquier incentivo para que empresas pequeñas y medianas se formalicen.

¿Qué debemos hacer? Los medios, al publicitar los gravísimos daños que hace la minería informal, ya están colaborando en buscar una solución. Los daños de la minería informal no solo son ambientales sino también morales, como por ejemplo la prostitución y el uso y abuso de niños en el trabajo.

Lo primero obviamente es no ceder ante las presiones de los operadores informales: no se puede correr plazos ni dar la impresión de que en 2016 o 2021 se arreglarán las cosas de una manera u otra, aún no definida.

Aunque tenemos en el papel una policía ambiental, de hecho no existe porque no tiene recursos. Debería ser un cuerpo de élite, con helicópteros, organización y armas disuasivas. Hay buenos ejemplos en varias partes del mundo, cuya experiencia se podría aplicar en el Perú: por ejemplo el Department of Natural Resources del Estado de Wisconsin, entidad creada hace más de 100 años, ha sido exitoso y es un cuerpo cuasi militar, muy bien equipado y financiado que ha preservado la naturaleza prístina de ese gran estado norteamericano. Hay muchos más ejemplos en Europa también.

Hace más de 30 años, el Ministerio de Energía y Minas y el de Economía teníamos el Banco Minero: en la crisis de los minerales de los años 1981-1983, se creó el Fondo de Compensación Minera que contribuyó a salvar a la pequeña minería. Pienso que debemos volver a pensar en una entidad como el Banco Minero. Se necesitaría una iniciativa legislativa, pero el accionariado debería incluir a las empresas mineras privadas y podría ser financiado en parte por la regalía minera, que ya existe, pero que por el momento es un simple recurso fiscal general. El banco se comprometería a comprar la producción ambientalmente certificada de mineros pequeños y promovería su acceso al crédito, creando asociaciones o cooperativas formales que puedan compartir créditos operativos, equipos, mantenimiento, etc. Sé que esta propuesta será mal recibida en algunos sectores, pero también sé que no podemos seguir como estamos y tenemos que experimentar con otras soluciones a las simples propuestas de represión, sin ningún incentivo para la formalización.

Y finalmente tenemos que crear incentivos para la formalización, no solo del sector minero, sino en todos los sectores económicos, creando un régimen gradual de reducción del IGV, un sistema de impuesto a la renta transitoriamente reducido para los que se formalicen (por ejemplo, 10% por 10 años), con "borrón y cuenta nueva" para los activos que se hubieran creado anteriormente, y también un sistema de transición hacia la formalización en temas laborales y legales.

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