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La Base Aérea Las Palmas, ubicada en el distrito de Surco, fue elegida como la sede de Lima donde el  oficiará una multitudinaria misa en enero de 2018.

El Ejecutivo eligió dicha instalación militar porque, con sus 170 hectáreas (27 de las cuales están disponibles para el evento), cuenta con espacio suficiente para recibir a cerca de dos millones de personas. 

Asimismo, tiene accesos adecuados, rutas de evacuación seguras para casos de emergencia y espacios accesibles para personas con discapacidad y adultos mayores. 

POR SEGURIDAD

El Mandatario apuntó que “una base militar no es el mejor lugar para una ceremonia religiosa”, pero como nuestra capital no tiene un parque central para grandes eventos, se eligió a Las Palmas porque es “más fácil” organizar en su terreno plano un evento multitudinario. 

“Hay que pensar, como le expliqué al Santo Padre en Roma, que la Base ni la va a ver, lo que va a ver es la inmensa pista de tres kilómetros y medio que hay ahí, que resiste cualquier embate. La seguridad es nuestra prioridad”, manifestó Kuczynski.

El jefe de Estado agradeció la comprensión del arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, y del nuncio apostólico en el Perú, Nicola Girasoli. “Ha primado mi amistad con el Cardenal y la Iglesia”, precisó.

CONCILIADOR

Por su parte, con rostro serio y voz firme, Cipriani señaló que era necesario cortar el clima de polémica (la polarización en favor de la Costa Verde o la Base Aérea Las Palmas) y dar paso al sentido común.

“Todo este ruido no ha sido de manera alturada. Pido respeto por la Iglesia. Habíamos dado pasos con el visto bueno del Vaticano para ir a la Costa Verde, pero no es mi propósito discutir. Estamos ya en Las Palmas, espero que haya acceso fácil para la población”, finalizó.

A pesar de la buena voluntad del Cardenal, el Arzobispado de Lima denunció en un comunicado que hubo una campaña contra la Costa Verde, lugar que parecía ser el elegido.

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