Se unieron hace nueve años, tuvieron dos hijas y parecían conformar una familia feliz. Al menos esa fue la imagen que tenían los amigos del subfocial de la Policía Nacional, Pedro Wilfredo Contreras Almidón, y su esposa, la profesora de educación inicial Maribel León Quinteros.

La realidad era otra: la relación de pareja nunca fue buena, siempre discutían - recuerdan sus vecinos-, al parecer, se llevaban tan mal que habían decidido separarse, pero en un arranque de locura, ayer, el policía decidió asesinar a sus cónyuge y le propinó tres balazos tras sostener una acalorada discusión. Luego, con la misma pistola se pegó un fulminante tiro en la cabeza. Así terminó lo que había empezado.

DESGARRADOR. Eran las 10:10 de la mañana, cuando las autoridades ingresaron a la habitación d ela pareja, ubicado en el jirón Américo Ore, en el barrio de la Magdalena, encontraron un cuadro de horror. Nadie podía explicar lo sucedido, dos niñas lloraban cerca de la escena del crimen. El llanto era desgarrador.

Al lugar llegó el fiscal de turno y el médico legista; junto a ellos peritos de criminalística analizaban la escena del crimen. Aún queda en la incógnita qué fue lo que desató el drama pasional de la pareja.

Maribel León, trabajaba como auxiliar en el la Institución Educativa Inicial "Caricias y Ternuras". El suboficial trabajaba en el Departamento Antidrogas (Depandro) de la IX Dirección Territorial Policial Ayacucho.

Según fuentes policiales en la escena del crimen hallaron varios casquillos de bala, el cuerpo de la mujer presentaba tres disparos: en el muslo izquierdo, en el brazo derecho y en ceno izquierdo, este ultimo le produjo la muerte instantánea. Mientras que el policía presentaba un disparo en la cabeza.

La policía recogió todas las evidencias posibles para esclarecer el crimen. Los cuerpos fueron trasladados a la morgue de la ciudad para las necropsias de Ley.

La Divincri inició las investigaciones de Ley.

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