Protestas a la orden del día, cae ministro y obtienen confianza 

“A mí no me tiembla la mano ni cuando escribo, ni cuando acaricio, ni cuando golpeo. Cuando de la conversación cordial se pasa a un intento de desestabilización y traiciones directas, ahí perfectamente tendré la determinación de parar estas cosas en seco”. Esto es lo que dijo el presidente Francisco Sagasti en una entrevista el domingo pasado.

Y así empezó la semana que, sin embargo, culminó con dos ciudadanos fallecidos, Jorge Muñoz (19) y Mario Fernández (23), tras la huelga de los trabajadores de las empresas agroexportadoras que reclaman mejores condiciones laborales.

A Muñoz le habría caído un proyectil de plomo, según el acta de la Fiscalía, mientras que Fernández fue atropellado por una moto y no pudo ser auxiliado por la ambulancia por el bloqueo de las carreteras, según dijo el gobernador de La Libertad, Manuel Llempén.

El viernes pasado, el pleno del Congreso derogó la Ley de Promoción Agraria, una de las demandas de los trabajadores. Por la noche, el presidente Sagasti anunció que no iba a observar dicha derogatoria. En su breve mensaje a la Nación, el mandatario no dio el pésame a los familiares de los jóvenes fallecidos.

Durante la semana, también se registraron otras protestas como en el distrito de Challhuahuacho (Apurímac) con bloqueos a algunos accesos a la mina Las Bambas en demanda de la asignación del canon; y en la carretera central, a la altura de La Oroya, trabajadores de Doe Run reclamaron, una vez más, la adjudicación directa de la empresa.

Adiós. Antes de estos días de protestas, Rubén Vargas se convirtió en la primera baja del gabinete encabezado por Violeta Bermúdez  y renunció al Ministerio del Interior, tras la ola de críticas por el nombramiento de César Cervantes como nuevo comandante general de la PNP y el consiguiente retiro de 18 generales de la policía. En su carta de renuncia, del 2 de diciembre, Vargas reiteró que estas decisiones se tomaron en el marco de la legalidad.

Al día siguiente, la premier Bermúdez acudió al Congreso para pedir la confianza al gabinete ministerial.

Bermúdez logró que el pleno le otorgara el voto de confianza con una mayoría de 111 votos, siete en contra y una sola abstención.

PELIGRO. El desborde social se ha convertido en una forma de obtener lo que se quiere.

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