Religiosas, ancianos y hasta ebrios acudieron ayer a votar a los diferentes locales. Uno de estos casos fue el de Alexandra Cello, una religiosa residente de la Casa Bella Horizonte, quien arribó al colegio León XIII de Circa, en Cayma, para cumplir con su obligación ciudadana. Es de Lima, pero hace 2 años vive en la Ciudad Blanca por su trabajo, en la Casa Pastoral de la Av. Bolognesi.

"Es responsabilidad de todos elegir a buenos gobernantes", dijo entusiasmada cuando se dirigía a su mesa de sufragio.

ANCIANOS. Otro fue el caso de Ángel Rivera (85), quien junto a su esposa, Umberta Daza (80), llegaron hasta el instituto Honorio Delgado, donde debían sufragar. Ángel dijo que lo hacía por propia decisión, pero que su cónyuge debía cumplir con el deber por asuntos judiciales. Les costó un poco hallar su mesa de sufragio, pero finalmente lo hicieron .

EBRIO. Quien definitivamente no pudo votar fue Joselito Quispe Colque, quien en visible estado de ebriedad intentaba ingresar al colegio Honorio Delgado, pero la Policía le cerró el paso. A pesar de su insistencia, Joselito deberá pagar una multa de 76 soles, pues no cumplió con su deber.

Escenas como esta se repitieron en otros locales de sufragio en los diferentes distritos.