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Tras la emergencia provocada por los huaicos y desbordes del río Rímac, el pasado 18 de marzo unas 55 familias de distintas zonas de  fueron instaladas en el parque Santa María, en la urbanización del mismo nombre, en el kilómetro 31 de la Carretera Central.

Cuatro meses después, los propietarios y residentes de la zona cursaron un oficio a la comuna de Chosica pidiendo la reubicación inmediata de los damnificados y la desocupación del parque.

Aunque parezca increíble, este diario acudió al lugar y halló un conflicto entre ricos y pobres, cada uno argumentando tener la razón, mientras que la autoridad edil, el alcalde Luis Bueno y sus funcionarios, permanece en silencio y parece indiferente ante este problema.

SIN CASA. “Ellos presumen que uno se va a quedar acá (en este parque), que somos invasores. La gente de arriba tiene piscinas, residencias y comodidades; nosotros, como gente de pueblo, estamos estorbando en su medio social u obstruyendo su vida. No mentimos, no tenemos casa, el río se lo llevó todo”, expresa Luis Menacho, topógrafo de profesión y cabeza de familia que lo perdió todo durante la caída de huaicos en la asociación de viviendas Santa María.

A su lado, el presidente del albergue, Alejandro Villafana, médico de profesión, sostiene que no “queremos quedarnos acá e incomodar”, pero “los vecinos de la urbanización Santa María nos molestan y hostigan diciendo que estamos ocupando una propiedad de ellos, cuando nuestra realidad es que estamos en la relación de damnificados, viviendo temporalmente hasta que el Estado arregle nuestras viviendas afectadas o desaparecidas”, afirma rodeado de niños, mujeres y hombres.

En tanto, una madre nos muestra los hongos que han aparecido en el cuerpo de su hijo de dos años. “Solo una vez, en marzo, recibimos atención médica, de ahí nunca más vino nadie”, señala la mujer.

Otra refugiada exhibe los granos que tiene en la cara producto del polvo y la contaminación en el lugar. Notamos también cómo los techos de las carpas azules están llenas de hongos y con los cierres rotos. “Sufrimos con el frío de noche y el sol de día. Es triste, lamentable y horrible vivir aquí”, sostiene. En este lugar tampoco hay agua y los baños portátiles recién han sido instalados hace un mes.

“QUIEREN QUEDARSE”. Por su parte, Ana María Navarro y Javier Montoya Calle, presidente y vicepresidente de la Asociación de Propietarios y Residentes de la Urbanización Santa María, respectivamente, nos muestran el oficio enviado el pasado 2 de junio a la comuna de Chosica en la que piden que “se reubique a los damnificados a la brevedad posible”, a fin de proceder a la recuperación del parque.“Las familias no quieren dejar el lugar que están ocupando en el parque. Estas personas han traído hijos, nietos, sobrinos de Ñaña, Huaycán, Nicolás de Piérola y las han ubicado en el parque. Quieren que el parque se les reparta. Hay una ley (N° 2664) que lo prohíbe, que señala que los parques son inalienables, intangibles e imprescriptibles”, manifiesta Navarro.

PLAZO SE VENCE. La dirigente Navarro Ramos hizo hincapié en que los 45 días de estado de emergencia en el distrito de Chosica, decretado por el gobierno en junio, vence este 15 de julio y a partir de esta fecha los refugiados en el parque homónimo deben abandonar el lugar.

“Es cierto que se han afectado (durante los huaicos), pero tienen una promesa del gobierno central y local para ser reubicados. El Decreto Supremo 060-2017 les da plazo hasta el 15 de julio para que desocupen el lugar”, señala.

Esta advertencia ha generado “incertidumbre” entre las 55 familias (15 de la asociación Santa María y 40 de la asociación Las Campanillas) refugiadas en el parque Santa María desde marzo pasado.

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