Un hombre que retornó a su vivienda de San Juan de Lurigancho luego de trabajabar como agente de seguridad fue asesinado de doce disparos.
Según relató María Murga Romero, madre de Guillermo Eduardo Gil Murga (32), él llegó a su casa, en el asentamiento humano Belén, alrededor de las 5 y 30 de la madrugada de ayer. Sin embargo, al poco tiempo, recibió una llamada que lo hizo salir nuevamente del inmueble.
Minutos más tarde, doña María y sus cinco hijas (Guillermo era el único varón de la familia y era el menor) escuchó varios disparos que la hizo levantarse de su cama. Cuando salió a la calle, con el resto de sus familiares, se dio con la ingrata sorpresa de que su hijo estaba tendido sobre el pavimento, en medio de un charco de sangre.
La víctima, que en sus ratos libres hacía cachuelos de construcción civil, según sus familiares, falleció de forma instantánea. “Quiero justicia para mi hijo, porque él no ha sido malo. Siempre salía en defensa de mis vecinos que sufrían robo. Era muy querido en el barrio”, dijo la mujer.
ENCAPUCHADOS. Vecinos contaron que los asesinos llegaron al frontis de la vivienda de Gil a bordo de un auto. Cuando advirtieron que él había salido de su casa, descendieron del vehículo y empezaron a disparar a matar.
Agentes de la comisaría 10 de Octubre y peritos de criminalística llegaron al lugar para las diligencias del caso. Luego, un fiscal de turno se hizo presente y ordenó el levantamiento del cadáver y su envío a la Morgue de Lima.
La familia de “Minino”, como era conocido, afirma que él nunca tuvo problemas. “Yo lo veía tranquilo, a veces no me contaba sus cosas, pero nunca tuvo problemas con nadie”, dijo su madre.
La Divincri de San Juan de Lurigancho I asumió las investigaciones del caso. Por la modalidad del ataque, los agentes no descartan un ajuste de cuentas.
TAXISTA ACRIBILLADO. Horas antes de este crimen, en otro punto de San Juan de Lurigancho, en el asentamiento humano 10 de Octubre, alrededor de las 8 de la noche del viernes, un joven también fue asesinado.
La Policía identificó a la víctima como Roger Alejandro García Amaya, taxista de 27 años que visitaba regularmente a sus familiares que viven en ese distrito.
De acuerdo con los testigos, el sujeto salió la noche del viernes rumbo a una tienda para comprar una gaseosa. En el trayecto fue interceptado por tres sujetos, quienes llegaron a bordo de motocicletas y con armas de fuego.
Sin mediar palabra alguna, los sospechosos dispararon a García hasta en siete ocasiones. Luego del ataque, huyeron con rumbo desconocido.
Familiares de la víctima protagonizaron escenas de dolor, pero optaron por el silencio.
La Divincri de San Juan de Lurigancho I se hizo cargo de las investigaciones. En las últimas horas, los efectivos iniciaron operativos para ubicar a los sicarios.
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