Acompañado de tres asesores, el ministro de Salud, Víctor Zamora, recibió a Correo el último viernes en su despacho. Al recibirnos tiene puesta una mascarilla de tela blanca y luego de sentarse en su cómodo sillón, nos muestra las cifras que, según él, ratifican que la epidemia viene bajando. Las dudas que tenemos al respecto se las planteamos en esta entrevista.
¿Existe formalmente, hoy, un intercambio prestacional entre el Minsa y las clínicas privadas?
Tenemos 16 contratos ya firmados con 14 clínicas en Lima y dos en regiones por parte del Seguro Integral de Salud (SIS), así como 11 por el Seguro Social, todas en Lima. Incluso, ya tenemos un paciente del SIS que está utilizando su intercambio prestacional en una clínica de Lima, desde ayer (jueves).
¿No considera que fue un error negociar tardíamente?
Esta historia del intercambio prestacional tiene ya más de dos años. Se han buscado muchas fórmulas, hasta que llegamos a una barrera legal. El Congreso nos habilitó facultades legislativas y nosotros sacamos un decreto aprobando el intercambio prestacional. Ya con el marco legal, volvimos a iniciar las negociaciones, pero se trabaron en los costos. El Minsa usaba los costos abiertos de nuestras farmacias y las clínicas de ellas. Por lo tanto, no nos podíamos poner de acuerdo en el precio.
¿No reconoce que demoraron? Porque las negociaciones mejoraron a raíz de la amenaza del presidente Martín Vizcarra en cerrar las clínicas, recién el 24 de junio...
El presidente no amenazó. No considero que el uso de la Constitución sea una amenaza para nadie porque es la ley que rige el pacto social para todos los peruanos. Fue una exhortación para acelerar el proceso de negociación y que rindió importantes frutos.
Pero tenían la posibilidad de usar equipos e intervenir las clínicas si no observaban una norma aprobada por el Congreso en mayo.
Lo observamos porque ya existía una norma en la Ley General de Salud y era una redundancia legal.
Usted dice que las cifras de muertes y contagios están a la baja, pero en realidad cada día se ve que están igual o en crecimiento,¿Por qué dar una percepción de optimismo sin que haya un correlato con la realidad?
Todos los datos, y no solamente lo decimos nosotros, también investigadores independientes de la academia o de las redes sociales, todos coincidimos en algo: que el nivel de contagio de la epidemia está bajando sostenidamente. Sin embargo, no hay que olvidar que cuando uno llega a un hospital tienes que ser hospitalizado y usa una cama de 10 a 15 días, lo que genera todavía en un sistema como el nuestro, el tener que esperar por camas libres (...). Eso da una sensación de que todavía el problema no está resuelto. Es una pandemia y es como una ola. Antes te cubría a nueve metros, ahora ha bajado pero a ocho, igual te sigue cubriendo pero está bajando.
Pero existen más de 11 mil fallecidos por COVID-19 y estos serían más si se confirman los casos sospechosos registrados por el SINADEF...
El SINADEF es un registro oficial y también el Sistema de Vigilancia Epidemiológica del Minsa, con el cual reportamos la evolución de la epidemia. La diferencia entre ambos es que en nuestro caso registramos fallecimientos confirmados por laboratorio y en el SINADEF solo sospechosos. Ambas cifras son oficiales.
¿Ya superamos la llamada meseta en el país?, ¿en qué etapa nos encontramos?
Desde hace aproximadamente dos semanas ya no estamos en una meseta; estamos bajando lentamente el número de contagiados. Ya superamos esa etapa y ahora estamos en lento pero franco descenso de la epidemia. Hay regiones en las que el descenso es mucho más rápido, por ejemplo, en Loreto, Lambayeque, Tumbes, Lima y Callao. Hay otras en las que hay un lento crecimiento y un rápido crecimiento, como en Arequipa y San Martín.
La directora de la OPS dijo que en agosto recién se llegará al pico de contagios en el Perú, ¿por qué ella contradice su versión ?
Ciertamente, las cifras que nosotros estamos mostrando al país la desmienten, no corresponden a esa aseveración.
La Confiep ha señalado que el Gobierno no es capaz de generar confianza por todos sus errores, ¿acepta esa crítica?
Justamente, la Confiep nos acaba de hacer una donación de ventiladores mecánicos producidos con financiamiento que ellos han podido movilizar y la Marina. También nos han donado ventiladores mecánicos de alta gama, nos ha apoyado en otras actividades.
Pero la Confiep también ha sostenido que no fueron convocados para integrarse a la lucha contra la pandemia...
No es el caso del sector Salud. Desde que llegué a este despacho, he tenido comunicación con el sector privado, no solamente con el de la producción, sino el académico y sociedad civil. Hoy día estamos trabajando activamente en las vacunas, distribución de medicamentos y en acelerar el proceso de producción de la prueba rápida molecular.
Usted ha anunciado la creación de un Comité Nacional Público que gestionará la obtención de la vacuna. ¿Qué la diferencia del Comando Vacuna -promovido por el sector privado- y por qué no unificarlos?
Para cualquier vacuna en el Perú se necesita un Comité Nacional Público porque somos los responsables de la adquisición, la distribución e incluso de poner la vacuna. Tiene dos objetivos, buscar la compra de la vacuna y el plan nacional para la vacunación. Nos apoyan los ministerios de Economía y de Relaciones Exteriores porque tenemos que incorporarnos a los círculos internacionales de producción, investigación y venta de la vacuna.
¿Y el rol del Comando Vacuna en qué queda?
Tiene los mismos objetivos como lograr comprar esa vacuna y ver varios circuitos (de venta) porque ellos tienen ese expertise. Nos reunimos constantemente y está dirigida por Carlos Neuhaus, quien también es miembro de otro grupo de asesoramiento del Minsa en el área de infraestructura.
¿Cómo explica que su sector solo haya ejecutado presupuestalmente, en el rubro de inversiones, infraestructura y equipamiento, solo un 11.4%?
Nosotros hemos ejecutado esa suma, pero tenemos comprometidos más del 70% de nuestro presupuesto total y 60% del presupuesto COVID. Ya hemos generado los contratos. Cuando ingresen a mi almacén los productos comprados, voy a poder pagar, a eso se le llama ejecución. Todo lo que es infraestructura, como usted bien sabe, ha estado detenida por más de 100 días. Ahí no hemos podido avanzar.
¿Cuál cree que ha sido el principal error del Minsa en el combate contra la pandemia?
Lo que hay que resaltar es que nosotros nos hemos podido unificar, a través de la estrategia “La Salud nos une”, el sector privado y público (...). Lo que hay que resaltar es el esfuerzo, el compromiso, la solidaridad, la entrega de los trabajadores de salud que llegan inclusive a sacrificar sus propias vidas.
¿No hay mea culpa por algún error en su gestión?
En esos niveles de incertidumbre, nosotros tuvimos que decidir en un momento si trabajamos o no con las promotoras de salud, abrimos o no nuestros establecimientos de salud primaria, pero teníamos una dificultad, los Equipos de Protección Personal (EPP). Sacarlos sin adecuados EPP era un riesgo enorme y no habíamos comprado la cantidad suficiente cuando se necesitaba, hoy se ha revertido esa situación.
Usted no mencionó antes la falta de EPP, el Minsa siempre dijo que sí tenían implementos...
Toda la compra se dedicó a las UCI y hospitales, pero debió incluir a los centros y puestos de salud. Entonces, cuando quisimos salir con la primaria no la teníamos cubierta. Entre que decides cuánto, qué, dónde comprar y que te entreguen tu producto, pasa un tiempo.
¿Y no considera un error la salida intercalada de hombres y mujeres?
Durante la epidemia no hemos estado exentos de errores, pero los errores siempre han tenido como objetivo buscar lo mejor para la población. Esa práctica (intercalada) no ha sido exclusiva del Perú. Se ha hecho en otros países como Panamá. En todos los casos, los países han ido caminando en ensayo y error (...). En el caso peruano, cometimos un acierto al cerrar las actividades económicas apenas se detectó el primer caso y nos permitió ganar 100 mil vidas, que se hubieran perdido. Más de 1 millón de personas se hubieran hospitalizado.
¿En base a qué estudio asegura que se ganaron 100 mil vidas?
Nosotros hacemos modelamientos.
¿Es un estudio del Minsa?
No, no, un estudio que hace el Minsa, además de independientes.
Usted asegura que ha tenido etapas de ensayo y error en la pandemia, ¿ lo siguen haciendo ?
Todo el mundo está ensayando, todo el mundo. En todas partes ensayan ponerse la mascarilla o no, eso es un debate en EE.UU. y Brasil. En otros lugares se está debatiendo si debe abrirse el turismo, en otros ya lo abrieron, caso de España. Nosotros estamos atentos si es que eso va a significar un regreso de la epidemia allá. En otros lugares, han abierto el deporte, hay que darle seguimiento. En otros casos, no han cerrado escuelas y así sucesivamente. Todos los países están observando a sus vecinos porque no hay un manual de cómo manejar la epidemia COVID-19
¿No siente que tiene responsabilidad por las muertes que se pudieron evitar si se hubiesen hecho las cosas de otra forma?
Es una pregunta hipotética.
Lo digo porque en las salidas intercaladas de hombre y mujer, usted tomó la decisión...
Lo que nosotros podemos verificar hoy, algunas pocas cosas, es que las medidas como la decisión del presidente Vizcarra de paralizar la economía, salvaron vidas. Y eso no es solamente la decisión del presidente, sino el compromiso de todos y cada uno de nosotros que sostuvimos una de las más severas cuarentenas del mundo. Eso sí es verificable. Pero medidas como salidas de hombre y mujer no se pueden cuantificar porque fueron de tan corto periodo y no se puede identificar si impactó en la mortalidad.
¿Por qué retiraron esa medida, entonces?
Porque se vio que producía una mayor aglomeración, entonces, retiramos la medida.
¿Alguna vez tuvo el deseo de renunciar?
Nunca.
Con las actividades productivas retomadas y sin cuarentena, ¿se prevé una segunda ola de contagios?, ¿será peor que la primera?
No lo sabemos. Nosotros en la epidemiología en la salud pública nos movemos en función de escenarios. Tenemos un escenario poco probable, que haya una epidemia igual a la que estamos viviendo ahora, un rebrote igual. Hay otros escenarios que son más probables, una epidemia pequeña sucesiva en diferentes partes del país. De hecho, ya lo estamos viviendo, en Iquitos, Lambayeque, Trujillo, Chimbote, ahora estamos en Huánuco, San Martín, y así vamos de pequeña en pequeña epidemia en todo el país.
¿Estamos preparados para una segunda ola?
Estamos mucho mejor preparados porque cuando empezó la epidemia teníamos un solo laboratorio, hoy tenemos 15. Podíamos hacer 500 pruebas diarias, moleculares, hoy se pueden hacer aproximadamente 6 mil, más otras 6 mil en el resto del país sumaría 12 mil. Había 100 camas UCI, ahora tenemos 2 mil y nos proyectamos a 5 mil (...). Estamos mejor preparados, sí, pero no suficiente. Necesitamos un mejor sistema de salud, un sistema único de salud pública.
¿Insiste usted en la teoría de que al final todos estaremos contagiados?
Cuando no se tiene una vacuna y la transmisión es vía aérea, entre humano y humano, el nivel de contagio masivo es normal. Nosotros tenemos que tomar una decisión, queremos infectarnos todos al mismo tiempo o de manera paulatina. Para eso es la cuarentena, para evitar que nos contagiemos todos al mismo momento. Si estamos todos enfermos el mismo día, vamos todos a ir al hospital y no se va a poder atender a todos.
¿Pero sigue manteniendo esa posición?
Obviamente esa es una hipérbole. Una proporción importante de la población, siempre y cuando no tengamos vacuna, va a ser infectada en algún momento.
Perfil
Víctor Zamora es ministro de Salud. Estudió Medicina en la UNMSM. Tiene un máster en Administración y Políticas de Salud por la univ. de Leeds (Inglaterra) y otro en Economía de la Salud en Pompeu Fabra (Barcelona).