ESPECIAL: Escolares de Satipo sufren abandono del gobierno

La inclusión social parece ser letra muerta para los pobladores de las comunidades de Jatun Chilche Carrizal, Ranrapata, Pucuta, Mariposa, Farol Niut, Valle Verde, Pampa Hermosa y La Libertad, pertenecientes al distrito de San Martín de Pangoa (Satipo). El presidente Multisectorial de la Cuenca Mantaro VRAEM, Delano Esquivel Camargo, expresó con impotencia y preocupación la desdicha que viven los pueblos a causa de las secuelas de la violencia social. 

Explica que en Satipo las comunidades viven aisladas dedicándose a la agricultura y la ganadería como medio de subsistencia, pues a falta de carreteras no pueden sacar sus productos hacia los mercados.

“Estamos totalmente olvidados y abandonados por el Estado. Sufrimos por tener una carretera. A lomo de bestia llevamos los pocos productos durante viajes de 12 a 18 horas para canjear con sal, azúcar, vela y algunos víveres. 

Nuestros escolares reciben mala calidad de enseñanza puesto que las infraestructuras de estas comunidades en Satipo no se encuentran en buenas condiciones, no contamos con puesto de salud ni mucho menos con botiquín comunal. A nuestros enfermos los llevamos en chacanas hasta el distrito de Huachocolpa que pertenece a la región Huancavelica y para llegar caminamos más de 15 horas, y muchas veces mueren en el camino los enfermos”, dijo.

También señala que las Instituciones Educativas de nivel primario funcionan con muchas deficiencias y carencias de docentes, mobiliarios, mala infraestructura, entre otros, muchos de los niños tienen que caminar horas y horas para llegar a la escuela llevando como fiambre su canchita, su charqui y su papa sancochada. 

Los alumnos que culminan su primaria se quedan truncos sus aspiraciones y proyectos de vida, porque para continuar con los estudios de secundaria tienen que enviarles a sus hijos de Satipo al distrito de Huachocolpa y pocos logran cursar sus estudios. 

Para llegar a esas Comunidades no existe carretera y tienen escasa vinculación con la capital del distrito de San Martin de Pangoa (Satipo) por ser una zona de difícil acceso.

La única vía accesible a “las ocho comunidades es por el distrito de Huachocolpa-Huancavelica, luego tienen que caminar un día y medio para llegar a sus casas, dentro de esta ruta tienen que pasar por un huaro rústico sobre el río Mantaro y hasta la fecha cinco cayeron a las aguas sin ser encontrados”.

TIERRA DE MUERTOS. La violencia terrorista empezó en toda la cuenca el 2000, cuando SL incursionó y destruyó viviendas de las diversas comunidades de Satipo. Durante varios años empezaron a hostigar y acabar con la vida de los dirigentes campesinos. Como resultado de la violencia social que azotó a estos pueblos, muchas familias quedaron incompletas, los ciudadanos en su totalidad dejaron todo sus pertenencias muchos de ellos solo salieron con ropa en cuerpo con la única esperanza de salvar sus vidas. “Vivimos entre los muertos. Abandonados por el gobierno. 

Sufrimos mucho, niños inocentes murieron, pobladores están enfermos, para llegar a un centro de salud u hospital era como un sueño en fantasía es por eso que nos curábamos con yerbas. En el 2005 regresamos a nuestros terrenos donde hasta la fecha vivimos en la misma pobreza y abandono por el gobierno” dijo el colono Adrian Vílchez Huamán.

SIN INCLUSIÓN. Señalan que a estos pueblos de la provincia de Satipo no llegan los programas sociales del Estado: Vaso de Leche, Qali Warma, Programa Juntos, Pensión 65, etc. Pese que se encuentra dentro del VRAEM. 

A falta de los servicios básicos , los escolares estudian con vela y toman agua de pozas que muchas veces se quedan sin agua porque los animales también beben de la poza y lo secan, esperan 12 a 16 horas para que se llene la poza y en época de verano la realidad es peor. 

“Solo por la radio escuchamos que el presidente Ollanta Humala inaugura obras en diferentes pueblos, y nos preguntamos: nosotros en Satipo  también somos peruanos, ¿por qué el olvido a este pueblo que ha sido muy golpeado por el terrorismo? Nos respondimos diciendo: también tenemos derecho a vivir como personas, con los servicios básicos, con carreteras, tener puestos de salud. Ojalá las autoridades locales, provinciales, regionales y nacional nos escuche y venga a este pueblo a conocer nuestra realidad”, expresó el campesino Amadeo Reyes Riveros.