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El Centro Histórico de Lima se convirtió ayer en un verdadero laberinto. La alcaldesa Susana Villarán dispuso el enrejado de todos los accesos a la Plaza Mayor, generando no sólo el acostumbrado caos vehicular sino también peatonal. Mujeres con sus niños, ancianos y hasta turistas tuvieron que caminar varias cuadras para cruzar esta visitada zona de la capital.



La razón: impedir que ambulantes formales, transportistas de Lima y Callao y otros manifestantes lleguen al Palacio Municipal a exigirle que cumpla con las promesas que les hizo cuando aún era candidata a la alcaldía.



La citada medida fue dictada por segundo día consecutivo. Sin embargo, si bien el último miércoles se instalaron las rejas para no permitir el acceso vehicular, ayer la situación empeoró, debido a que tampoco dejaban ingresar a los peatones.



Ellos debían caminar hasta más de 12 cuadras para cruzar -por ejemplo- desde el Jr. Camaná hasta el Jr. Carabaya. "Están atentando contra la libertad de tránsito; es inaudito que la alcaldesa nos afecte de esta manera", señaló muy contrariada la señora Elba.



Así como ella, numerosas personas comenzaban a formar colas en las rejas para intentar convencer a los policías de que les permitieran el ingreso. Esta medida también afectó a turistas, como por ejemplo a una ciudadana francesa, quien se mostró muy contrariada por la disposición edil.



La medida incluso tuvo como agraviado al regidor de la Municipalidad de Lima Alberto Valenzuela, quien debió esperar varios minutos para recién poder ingresar y asistir a la sesión de concejo.



Pero los peatones no fueron los únicos afectados, sino también los comerciantes de las galerías del Centro Histórico, a las que simplemente los clientes no tenían acceso.



A esto se sumó la gran congestión vehicular. Por ejemplo, para avanzar en un vehículo por el Jr. Camaná, desde Conde Superunda hacia Huancavelica (sólo 3 cuadras), los conductores tardaban 35 minutos.



Siguen las protestas. El cerco de la alcaldesa Susana Villarán no impidió que representantes de los comerciantes ambulantes que contaban con autorización desde hace varias gestiones ediles, y que ahora vienen siendo desalojados, llegaran hasta la municipalidad.



"Susana, cumple tus promesas, recuerda la inclusión social, no seas mentirosa y déjanos trabajar", señalaban los negociantes, la mayoría de ellos discapacitados en sillas de ruedas. Yoice Pacori - ypacori@epensa.com.pe