Tribuna electoral | Candidato presidencial del Partido Popular Cristiano: Pongamos verdaderamente el Perú al centro. (Foto: Hugo Curotto / GEC)
Tribuna electoral | Candidato presidencial del Partido Popular Cristiano: Pongamos verdaderamente el Perú al centro. (Foto: Hugo Curotto / GEC)

Para recuperar la economía, consideramos al pleno empleo como la base del progreso. En ese sentido y partiendo de nuestra defensa del medio ambiente, pues es parte esencial de nuestro ideal, impulsaremos la minería porque significa trabajo y desarrollo para miles de peruanos. Que la actividad extractiva no contamine, es tarea del Estado, que debe reglamentar, fiscalizar y sancionar cuando haga falta.

La agroexportación es otra actividad que debemos fomentar, pero corrigiendo el problema generado por un Estado ausente, que no ha sabido cumplir su rol y ha permitido que se abuse de los trabajadores. Reorganizaremos integralmente la SUNAFIL para que cumpla sus funciones y así se desarrolle el agro, recompensando dignamente el trabajo del campesino.

A la par de estas dos actividades que han sido la base de nuestra economía en los últimos años, promoveremos cuatro sectores para desplegar su potencial de producir con velocidad muchos nuevos puestos de trabajo: el acuícola, el forestal, el turístico y el de construcción.

Y tendremos una permanente actitud de destrabar proyectos. Poniendo en marcha los que tenemos paralizados a lo largo del país, generaremos suficientes puestos de trabajo para recuperarnos pronto.

Por otro lado, es urgente desarrollar la educación, siempre postergada. Seremos muy agresivos en proyectos que cierren las brechas educativas, desarrollando internados rurales, que permitan a nuestros niños y adolescentes recuperar el valioso tiempo de aprendizaje perdido por la lejanía de los centros educativos, así como construyendo viviendas para los docentes en su zona de trabajo, con el mismo objetivo. Será prioridad arreglar la interconectividad, para que la teleeducación sea una herramienta que iguale oportunidades. Y abriremos más colegios de alto rendimiento, para que, sobre la base de la meritocracia, impulsemos el máximo el potencial de los más competitivos.

Pero el énfasis lo pondremos en lograr que los jóvenes más calificados y con vocación, abracen la carrera docente. Para generar las condiciones remunerativas y de prestigio social para que ello requiere, elevaremos al 6% del Presupuesto Público lo destinado a educación.

Abriremos academias preuniversitarias gratuitas y, fortaleciendo SUNEDU para que continúe su labor, el empeño estará dirigido a mejorar las universidades públicas, volviéndolas competitivas y captando a los muchos jóvenes becados en el extranjero, para que repliquen allí lo aprendido y estimulen la investigación.

Pero apuntaremos a fortalecer la educación tecnológica, abriendo en las mismas regiones, Institutos que, en alianza con las empresas, enseñen las carreras que las mismas necesitan, asegurando a los jóvenes un futuro trabajo bien remunerado en su propia Región.

Creemos en el deporte como el vehículo más importante para formar a nuestra niñez y juventud en valores. La práctica deportiva prepara para la vida, pues incorpora el elemento de una competitividad sana, esencial para el desarrollo. Queremos al joven peruano haciendo deporte como nunca antes se ha visto.

Pero toda esta visión es inútil si el Estado no declara frontalmente la guerra a dos enemigos: la delincuencia y la pandemia. Vamos a recuperar el principio de autoridad desde el primer día. Nosotros creemos en los héroes, lo que significa que daremos a nuestra policía buena formación (hay que volver a los tres años de academia), equipamiento, remuneración y motivación. Si ellos arriesgan sus vidas por nosotros, el Estado no desamparará a sus familias y, si deben enfrentar judicialmente a los delincuentes, el Estado estará a su lado asegurándoles la mejor protección legal. Además, es menester atender al trabajo calificado del Consejo Nacional de Política Criminal, cuya información será el elemento clave para la planificación y ejecución de estrategias que prevengan, controlen y repriman la actividad delictiva.

En el tema de salud, la crisis ha desnudado nuestra debilidad. Fortaleceremos la primera línea de contención, construyendo una red primaria equipada, que devuelva la cercanía al médico y la educación, la prevención y la cura temprana, reemplace a la torpe estrategia hospitalaria que ha fracasado en el Perú.

La recuperación de valores es vital para todo lo anterior y es, por tanto, la gran cruzada que el Gobierno debe liderar. Soñamos con una sociedad donde busquemos nuestras coincidencias para sobre ellas construir, donde nos alejemos de los extremos y pongamos verdaderamente el Perú al centro. Hagámoslo juntos.