A cuatro días de la lectura de sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, el cotarro político nacional se enciende por la disputa de la 'paternidad' de la demanda que podría cambiar los límites con Chile.
Aunque los argumentos esgrimidos por la delegación peruana en el Salón de la Paz de La Haya en todo momento reconocieron que la posición nacional nació con el pedido formal que en 1986 realizó el diplomático Juan Miguel Bákula con la presentación del “Memorándum Bákula”, para el oficialista Omar Chehade, el presidente Ollanta Humala es el autor intelectual del requerimiento.
“El primer padre de la criatura es Ollanta y no lo digo porque sea mi jefe”, señaló Chehade.
Luego, argumentó que cuando el régimen aprista dudó para entablar la demanda, en el 2007, el actual mandatario hizo una marcha “patriótica” en Tacna y esto obligó a firmar el reclamo ante la CIJ.
“Hay que reconocer a quien empuja para que los líderes tomaran la decisión”, sostuvo el nacionalista.
LO DESMIENTEN. Sin embargo, las declaraciones de Chehade atribuyendo a su líder la gestación de la demanda fue duramente criticada desde el APRA, que advierte un “aprovechamiento político” del partido de Gobierno.
Y es que, para los de la estrella, el personaje central de la demanda es el exjefe de Estado Alan García, quien -resaltan- dirigió la demanda en fueros internacionales en sus dos gobiernos.
Así, el legislador Javier Velásquez Quesquén cuestionó que la actual gestión se arrogue la paternidad del caso y consideró que “es ingenuo, prematuro e innecesario” hacerlo pues la coyuntura es marcada “por un acto de Estado que tiene continuidad en el tiempo y ha trascendido varios gobiernos”.
“Sipán” agregó que la manifestación a la que hace referencia Chehade se gestó, en realidad, “en contra de la demanda que el Gobierno había decidido plantear”.
Es más, recordó que Humala llegó a Tacna para encabezar la marcha, pero tuvo que retornar a Lima por una orden judicial.
En esa línea, Velásquez Quesquén dijo que lo que le toca a Humala es pedir a sus legisladores actuar “sin precipitaciones” y esperar la lectura de la sentencia del tribunal internacional “sin buscar réditos políticos”. “Es irresponsable reclamar la paternidad de la demanda cuando lo fundamental es darle contenido a la unidad de los peruanos”, puntualizó.