Al menos 48 personas, entre menores y personas de la tercera edad, murieron de la manera más trágica cuando el bus interprovincial en que viajaban cayó a un abismo ubicado en la denominada “Curva del Diablo” del serpentín de Pasamayo, ubicada en el kilómetro 19 de la carretera Panamericana Norte.
El hecho se registró ayer al promediar las 11.45 horas. Según se informó, la unidad de placa B0K-954, perteneciente a la Empresa de Transportes San Martín de Porres S.A., fue impactada por el tráiler de matrícula AFJ-758 de la empresa Translevisa que, según las primeras investigaciones, invadióel carril contrario. El pesado camión empujó fuera de la vía al bus, que cayó al menos 100 metros hasta estrellarse en la orilla de una playa inaccesible y peligrosa. La unidad quedó aplastada y con las ruedas arriba. El bus había partido de Huacho y se dirigía a Lima.
El ministro de Transportes y Comunicaciones, Bruno Giuffra, indicó que, según las primeras investigaciones, el accidente se produjo por el “exceso de velocidad de ambas unidades”.
TRAGEDIA “Es muy doloroso para nosotros como país sufrir un accidente de esta magnitud. Mi solidaridad profunda con el dolor de los familiares”, dijo a través de sus redes sociales el presidente Pedro Pablo Kuczynski. Lo expresado por el Mandatario no es para nada exagerado, pues el Ministerio de Salud (Minsa) señaló que en las primeras horas del accidente se habían encontrado 36 cuerpos sin vida.
En paralelo, el jefe de la Policía de Tránsito, coronel PNP Dino Escudero Alcántara, informó que al parecer son solo seis los pasajeros que pudieron sobrevivir al accidente. Todos ellos fueron trasladados en helicóptero al Hospital Daniel Alcides Carrión del Callao, donde fueron atendidos de emergencia por fracturas múltiples, heridas expuestas y politraumatismos. Los hospitales de Ancón y Huaral, así como los de Lima como Cayetano Heredia y Sergio Bernales, estaban en alerta roja para atender a los heridos.
RESCATE DESESPERADOEl rescate de estos sobrevivientes, que fue titánico y desesperado por lo intrincado del lugar, se realizó gracias a que más de 200 agentes del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, de la Dirección de Aviación Policial, de la Marina de Guerra y del SAMU, llegaron a la “Curva del Diablo”. “La Dirección General de Gestión del Riesgo de Desastres y Defensa Nacional en Salud envió 2 brigadas de emergencias y desastres, 1 brigada de búsqueda y desastres, así como una brigada de salud mental; en total 24 especialistas prestos en actuar en esta emergencia”, precisó el Minsa.
Docenas de agentes de las citadas unidades descendieron a la inhóspita orilla donde había quedado el bus siniestrado, con la ayuda de helicópteros y cuerdas, y estabilizaron a los heridos para enviarlos por vía aérea a los nosocomios antes señalados. No obstante, en esta incursión también descubrieron la gran cantidad de cadáveres que estaban esparcidos en torno al bus accidentando. Otros más se encontraban entre los fierros retorcidos.
Con el pasar de las horas, los agentes tuvieron que utilizar potentes reflectores para recuperar los cuerpos en medio de una espesa neblina. La labor fue tan crítica que incluso agentes de los bomberos cayeron a las aguas bravas cuando intentaban llegar hasta el bus.
En paralelo, cientos de ciudadanos acudieron a los terminales de la empresa San Martín de Porres S.A. en Lima y Huacho para obtener noticias de sus seres queridos. “No sabemos nada de ellos. Solicito que nos trasladen al punto para ver qué hacer, para saber si los están llevando a hospital. Por un lado dicen que solo hay 5 muertos, por otro que son cinco los sobrevivientes”, dijo muy afligido un familiar del pasajero Vladimir Polo López.
El pedido de este buen hombre fue atendido por la administración de la empresa San Martín de Porres, que trasladó al lugar de emergencia a un centenar expectantes familiares.
INCERTIDUMBREAnte esta incertidumbre, otro grupo de afligidas personas acudió a la morgue de Chancay para buscar a sus seres queridos. Hasta el cierre de la presente edición, seis cadáveres llegaron a este lugar. Dos de ellos pertenecían a un niño y una niña que no superaban los 10 años.
En este contexto, los dolientes dijeron que el accidente no hubiera ocurrido si el Gobierno hubiera puesto un alto a la informalidad en las pistas del país. “Todos sabemos que siempre hay accidentes por exceso de velocidad, por choferes borrachos, por carros que están en malas condiciones, pero nadie en el Gobierno se ocupa de erradicar estos problemas y ahora vemos las consecuencias”, señaló María Fajardo, quien esperaba noticias de su familiar en las afueras de la morgue.
En este lugar, algunas personas denunciaron que un sobreviviente, de nombre Máximo Jiménez, llegó al hospital de Chancay por su propia cuenta.
“Él se tiró por la ventana cuando vio que el bus se estaba cayendo. Se arrastró por la pista y tuvo que pedir auxilio a un carro para que lo llevara al hospital. Ningún policía o bombero lo ayudó, llegaron después de horas”, dijo una de las indignadas ciudadanas en las afueras de la morgue.
En este contexto, la presidente del Consejo de Ministros, Mercedes Aráoz, se pronunció sobre el hecho. “Dolida por este accidente terrible en Pasamayo. Mi solidaridad con las víctimas y sus familiares. Desde el Ejecutivo, estamos movilizando todos los recursos para socorrer a los heridos y ayudar a los deudos. Luego evaluaremos medidas adicionales para reducir los accidentes”, afirmó a través de las redes sociales.
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“No ha sido (la tragedia) por falla humana. Un tráiler lo ha estrellado y empujado. Así qué se podía hacer”, dijeron los representantes.