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El contralor Edgar Alarcón hizo una cerrada defensa de su gestión ante la comisión parlamentaria que lo investiga.

Remarcó no haber cometido ninguna irregularidad durante su labor como funcionario público. Y añade que se someterá a la resolución del Congreso en cuanto a su remoción o ratificación.

“Tengo plena confianza en todo el equipo de congresistas, que son siete en la comisión, para que evalúen de manera objetiva mi caso (...) Si al final deciden una destitución o remoción de mi presencia en la Contraloría, yo me tengo que someter”, adelantó.

PATRIMONIO. Durante su exposición, Alarcón Tejada también se refirió a los ocho vehículos que adquirió desde el año 2013 con su esposa. Indicó que estos automóviles fueron de “uso familiar” y negó cualquier ganancia con su posterior venta.

“No me he dedicado a la compra y venta, han sido vehículos que ha estado usando la familia”, aseguró Alarcón.

El titular del órgano fiscalizador añadió que las compras de inmuebles en Lima y Arequipa se hicieron de manera transparente y en el marco de la ley, por lo que las denuncias del auditor Walter Grados carecerían de sustento.

En otro momento, respondió por la situación laboral que miembros de su familia vendrían ejerciendo en la institución. “Solo es una, mi prima. Esta persona ingresó hace siete años, cuando yo no tenía injerencia en su contratación en Moquegua”, dijo.

DENUNCIA. El Contralor sostuvo además que la denuncia constitucional presentada contra el ministro Alfredo Thorne responde a los cuestionamientos sobre la autonomía de su institución y por haberlo acusado de grabar la reunión entre ambos.

“Consideramos que la acusación está bien sustentada y documentada. Espero que la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales la evalúe y, de ser el caso, la resuelva (...) Es una decisión política, los elementos los debe evaluar el Congreso”, puntualizó.

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