“El Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) estimó que el Perú podría convertirse en un país del primer mundo hacia el año 2021, año del bicentenario de la Independencia Nacional, si la economía nacional crece anualmente en 8,4 por ciento”. Así lo dio a conocer César Peñaranda, vicepresidente del Banco de Comercio del Perú y director Ejecutivo del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la CCL. Peñaranda indicó que para que Perú llegue a estar en el primer mundo, la esperanza de vida de su población debe llegar a los 76 años; la tasa de alfabetización al 92 % y el ingreso per cápita de los peruanos debe ser superior al 20%, anotó. El economista ofreció una conferencia en la Universidad de Piura para presentar la Agenda 2021: Perú país del primer mundo. En ella, el experto destacó la trascendencia del capital humano, por lo que anotó la necesidad de invertir en ello. Esto significa, invertir en nutrición, especialmente de los niños ya que sus primeros 5 años son vitales; en salud, sobre todo política de prevención y educación a todo nivel no solo en Inicial, Primaria, secundaria y después superior, sino también hay que invertir en educación empresarial. Además, los empresarios deben dar permanente capacitación y entrenamiento a los trabajadores; todo lo anterior garantiza que los problemas sociales vayan desapareciendo paulatinamente, aseveró. El Perú sí puede. ¿Perú en el primer mundo, pero cuándo? Esta fue la pregunta que resolvió el economista Peñaranda, quien señaló que si se trabaja en los aspectos de la agenda y con un crecimiento promedio de 8%, el Perú podría estar en el primer mundo en unos 12 años. Siendo menos optimistas, señaló que si el crecimiento fuera de 6% lograría el objetivo en 17 años. “Lo importante es que si se lo propone puede estar en este nivel. Lo que debe hacer es mantener la estabilidad macroeconómica, consolidar la institucionalidad, continuar con la apertura de la inversión extranjera directa y con los TLC”. Peñaranda señaló que también hace falta que se ponga énfasis en las reformas estructurales (del Estado, laboral, judicial y otras), potenciar el capital humano, invertir en innovación, tecnología e infraestructura y, por supuesto, continuar afinando todo lo referente a la descentralización. Siguiendo esta agenda, seguirá incrementando la productividad y competitividad del país, fundamental para el crecimiento, lo contrario, indicó, “la baja productividad limita el crecimiento y determina los altos niveles de pobreza”.