Hernando de Soto: “El Estado no está ejerciendo su poder soberano” (VIDEO)

Confiesa Hernando de Soto, director del ILD, con desenfado, que no lee literatura de ficción. Lo hizo en su primera juventud. Sus preferencias ahora son, desde hace siete años, no tanto libros completos sino ensayos cortos sobre asuntos técnicos y ciencias, es decir, “la realidad” (no excluye a la prensa). Su dicción es cuidadosa, metálica y calmada. No rehúye hablar de Mario Vargas Llosa (“mi primo lejano)” y lo que aquí dice es, se diría, un esfuerzo de reconciliación. Habla de Vizcarra, Keiko, Alan García, Toledo, de la economía y Tía María, del adelanto de elecciones y de sus propios planes.

El Gobierno señala que adelantar elecciones es la mejor salida a la crisis presente. ¿Es la mejor salida? La verdad es que no tengo todavía formada una opinión sobre si es buena o una mala salida. Hay gente que, obviamente, dice que sí; otros, que no. Yo podría contribuir algo viéndolo desde fuera, ya que somos un país que depende mucho del exterior para sus exportaciones e importaciones. Entonces, mi único temor con adelantar elecciones es que no se explique bien al exterior las motivaciones. Cualquiera que fuese la razón política que motiva esta decisión coincide con el hecho de que hay en el Perú conflictos sociales y una baja en las inversiones mineras. Los choques internos ideológicos y políticos en el Congreso no son los que van a provocar reacciones en la inversión extranjera, sino cómo el Gobierno no logra darle, todavía, una respuesta que augure algún éxito mediato al conflicto Tía María. En otras palabras, afuera lo que va a quedar es que se adelantaron las elecciones cuando el Estado peruano, manifiestamente, no puede sacar esos proyectos adelante.

¿Da la impresión, afuera, de que no podemos con este conflicto social? Es importante que el Gobierno haga esfuerzos para que en el exterior no se vea esto como una fuga frente a un problema que parecemos no poder resolver. Entonces, en el año que tome para las elecciones y otro año para que el nuevo Gobierno se reorganice, se van a secar, probablemente, las fuentes de inversión (...). El hecho que haya en el Perú un conflicto político no es noticia en el mundo. Pero sí lo es que, en un país minero, el Estado esté enfrentado a fuerzas locales. (...) El Estado tiene un poder soberano con carácter de exclusividad sobre el subsuelo y eso es cierto en casi todos los países civilizados del mundo(...) Un gobernador (Elmer Cáceres)emplazó al Presidente a ir a Arequipa en 72 horas, entonces la percepción afuera es que hay un Estado que es el que puede asegurar la explotacion del subsuelo si se compra la concesión. Y hoy día no necesariamente parece que el Estado está ejerciendo el poder soberano que todo el mundo esperaría ver.

¿Lideró usted el equipo de la señora Keiko Fujimori en 2016? No. Yo nunca he formado parte del equipo económico de Keiko. Ella misma lo ha aclarado. Ella firmó un contrato escrito conmigo. Implementaría mis fórmulas para resolver los problemas mineros del Perú. Ahora, el hecho es que cuando llegó al Poder Legislativo, no las implementó y me dejó colgado de la brocha... Yo, por ejemplo, nunca he estado en un local partidario de Fuerza Popular.

¿Se excedió Keiko? Yo creo que todavía hay mucho pan que rebanar. El hecho es que los últimos tres años han sido, políticamente, bastante improductivos. Y atribuirle más la culpa a uno que al toro me resulta francamente difícil. Tampoco he visto alguna propuesta interesante de parte del Legislativo. (...) Vamos a requerir de algún tiempo más para reflexionar al respecto.

¿Le recomendaría a Keiko postularse si queda libre? Me está usted atribuyendo una serie de conexiones que no existen, me permito aclarar. No la he visto en tres años. Soy un ciudadano normal y corriente que no está en un lado ni en otro. No la he vuelto a ver.

¿Ve un riesgo de que fuerza políticas oscuras, radicales, antisistema puedan sacar un provecho indebido de esta coyuntura? Como primera reaccion -porque todavía me atribuye el derecho a poder reflexionar sobre el futuro- creía que teníamos todavía dos años para tratar de ver cómo sería el futuro del Perú. Al tener ahora elecciones en 2020, significa que vamos a tener mucho menos tiempo para tratar de saber cómo votamos. Me angustia un poco saber que tenemos menos tiempo. Y me gusta poco que el Presidente, y si usted quiere el Congreso, nos obligue a tener que tomar una decision en las ánforas un año antes.

La corrupción ha enlodado a casi todos los líderes importantes. ¿Están dadas las condiciones para un politicastro populista antisistema? Hay cosas que se deben cambiar y otras que no se deben cambiar. La política macroeconómica, por ejemplo, es una cosa que está bien encaminada en el Perú. Se puede mejorar quizá, pero no hay que cambiar. (...) La informalidad, eso sí es una cosa que a mí me gustaría ver que cambiara.

¿Ha considerado que podría usted liderar una fuerza política que ejecute sus ideas en el Gobierno? Yo creo que he contribuido en algo a que se hagan algunas mejoras en el Perú. No todo lo que yo esperaba... No pretendo cambiar todo el Perú y el mundo (ríe), pero sí hice algunas contribuciones. Ahora, no creo que yo tenga las habilidades que son necesarias para conducir políticamente un esfuerzo como ese. (...) Hay un Perú que está en una etapa de conflictos, y para eso hay que conocer a fondo una serie de cosas que yo no conozco a fondo. Además de eso, es muy importante que quien se mete en la vida política le gusten las confrontaciones de todos los días cuando tienes el poder en las manos. Yo he visto a muchos presidentes que cada día se deleitan en el hecho de hacer no solo cosas agradables, sino desagradables. No es mi caso.

Si alguna fuerza política viable, inteligente, amigable con las posturas que ha defendido usted siempre, le propone liderar una opción política al 2020, ¿lo estudiaría, lo evaluaría? Ah, yo estoy dispuesto a evaluar cualquier opción que se me presente. Estoy dispuesto. Yo no estoy cerrado a nada.

¿Evaluaría una opción política? Evaluarla, sí. Porque evaluar significa que yo también puedo dar una respuesta que no necesariamente me obliga a mí a entrar en política. Yo estoy dispuesto a evaluar, pero la idea de ser parte de un equipo político no me agrada mucho. Es una cosa muy personal. Yo lo considero como una gran responsabilidad, no como una fuente de satisfacción. Como lo dije anteriormente, no estoy seguro de que ese sea el papel que me corresponde en el Perú. (...) No estoy seguro de que yo tenga todo lo necesario en carácter, en cualidades humanas, para ejercer una funciona ejecutiva de Gobierno, administrativa. No estoy seguro de eso.

Alan García, un líder singular con múltiples habilidades para la política, en un momento crucial decidió poner fin a su vida. ¿Le impactó? Por supuesto que me emocionó. Cualquier suicidio es un tema muy dramático. A uno lo afecta personalmente. Me dio mucha tristeza. Que alguien se encontrara tan angustiado o tan pesimista frente al futuro como para quitarse la vida... He pensado mucho en su familia. Me entristeció mucho.

¿Cuál sería el legado que deja García a su juicio? ¿Sabe usted? No es para correrme de la pregunta, pero lo que trato de ver es, más bien, qué cosas se han podido hacer mejor antes de tratar de situar a alguien en la historia del Perú. No soy un intelectual de ese tipo. No está en mi estilo, sencillamente no hago biografías. Más bien trato de ver cuáles y dónde están los errores y cómo hacer para que no se repitan antes de juzgar el pasado. Eso es lo que hago. Se lo dejo a los historiadores.

¿Cuál es su enfoque sobre el presidente Vizcarra?, ¿Tiene un perfil sobre él? No. No, por las mismas razones yo estaba muy curioso sobre lo que iba a hacer en los próximos dos años.

¿Lo ve impredecible? Ah, para mí casi todo es impredecible. Algunas personas son perfectamente impredecibles. Yo creo, por ejemplo, que no es buena idea adelantar elecciones, porque lo veo desde mi punto de vista económico. Creo que va a tener un impacto negativo en el exterior. Si él cree que eso es importante, es importante también que se dé cuenta de que no puede abandonar el frente minero porque se pueden perder muchas cosas. (...) Hay que tomar en consideración los efectos económicos de sus decisiones políticas.

¿Desaceleración o recesión económica? ¿Qué es lo que ve? Yo veo una ralentización. Las cosas no están yendo bien. En la medida en que en el Perú, que es conocido por su minería, su gobierno, el poder soberano, no sabe manejar los derechos de propiedad que hay sobre ellos. El Estado acaba de demostrar en varios casos, desde Las Bambas hasta Conga, Tía María y 240 casos en conflictos, nos están debilitando afuera. Y la inversión, entonces, no va a venir. Este gobierno tiene que darle mucha importancia. Dejar de pensar que Tía María es un problema local. No es un problema local.

Entonces, ¿tenemos recesión? No. Pero es posible que entremos en eso si no se cuida el frente minero, que es tan importante. Se están viendo en las cifras. Hemos estado en 5%, bajamos a 4%, luego al 3% y ahora estamos menos del 3%. Indica una tendencia que yo creo que responde muchísimo a nuestra principal exportación, que es la minería.