El reconocido historiador y docente de la Pontificia Universidad Católica de Chile, José Ragas, hace un análisis de la figura del expresidente , y refiere que el culto desmedido al exlíder del partido de la estrella en este último año no le favorece al Partido Aprista.

El 17 de abril de 2019 murió el exmandatario Alan García Pérez. A un año de su fallecimiento, el historiador José Ragas de la Pontificia Universidad Católica de Chile dio una entrevista al Diario Correo sobre la figura del exjefe de Estado peruano.

¿Cuál es la figura de Alan García en la política peruana las últimas cuatro décadas? Según la Comisión Política del Apra, García fue el mejor presidente de la historia peruana?

J.R. Ningún otro presidente persiguió el poder como lo hizo García, bien sea por vanidad propia o como una forma de protección ante acusaciones inminentes. Quizás con excepción de Ramón Castilla, ningún otro mandatario recorrió un arco económico y político que lo llevó de la estatización de la banca a un neoliberalismo conservador de un gobierno a otro.

Para los adversarios del ex mandatario aprista es un político ligado a la corrupción ¿Cuál es su opinión? A su juicio, ¿qué aporta García la sociedad peruana? Lo bueno y lo malo.

J.R. Se me hace muy complicado señalar factores positivos en el área política (quizás los hubo, pero fueron imperceptibles o azarosos), o incluso como intelectual. Intentó construirse una imagen de ‘rey-filósofo’, e incursionó en numerosos campos, desde la ciencia política a la poesía, incluyendo la historia y la literatura. Todo ello sin una contribución clara ni sólida.

“Es cierto que un grupo de seguidores ha buscado ensalzar su imagen, lo cual es normal y suele ocurrir con líderes políticos en momentos de crisis partidarias. Algunos de sus seguidores han buscado extender el culto a la personalidad que rodeaba a García en vida, y se ha ido desde la negación de las acusaciones de corrupción en su contra hasta tratar de realizar encuestas en Twitter para posicionarlo como el mejor presidente del país, sin éxito”, señala el historiador José Ragas.

Perspectiva histórica

¿Qué perfil le corresponde a Alan García en la historia peruana que se escribirá para la generación próxima? A su juicio, ¿qué lugar merecería?

J.R. Creo que Alan García va a ser recordado de varias maneras, la mayoría de estas negativas por el saldo en muertes, crisis económica y corrupción que ha dejado; un saldo que el país aún no termina de pagar, como se puede ver en la actual crisis sanitaria. En lo personal, creo que García representa una promesa fallida. La expectativa por los cambios que buscó realizar en su primer gobierno es tan grande como el fracaso y las consecuencias que tuvo al finalizar su mandato, el primero al que el APRA llegaba al poder después de medio siglo de existencia.

“Hay quienes han buscado ver en él a un político consumado pero en realidad sería homenajear un estilo basado en los ataques y la criollada. En sus últimos años, García estaba descolocado frente a la política nacional. No la entendía, sus trucos ya no funcionaban. Desarrolló un mecanismo de posverdad a través de redes sociales que lamentablemente fue seguido por sus seguidores, dañando el debate político”, indica a Diario Correo el docente de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

“Creo que este culto desmedido a García en este último año no le hace un servicio a los miembros del partido aprista. Hay quienes están buscando alejarse del ‘Alanismo’ y volver a los principios originarios del partido, sobre todo ahora que está por cumplir 100 años”, agrega el historiador José Ragas.