La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) afirmó, en un comunicado publicado en su página web oficial, que la pena de muerte es “inadmisible” y que el papa Francisco ha señalado que se trata de un “recurso frecuente del que echan mano algunos regímenes totalitarios y grupos de fanáticos”.
El Consejo Permanente de la CEP emitió el martes un pronunciamiento sobre el tema después de que, indicó, fuera “planteado en el actual debate” de las elecciones en Perú.
La candidata Keiko Fujimori, hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, afirmó durante su campaña electoral que, de manera personal, está a favor de la pena de muerte para los violadores de niños menores de 7 años.
Durante la campaña, el expresidente Alan García también opinó a favor de la pena de muerte para los violadores de menores de 5 años.
Keiko Fujimori disputará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales peruanas el próximo 5 de junio frente al exministro Pedro Pablo Kuczynski.
Al respecto, la CEP reconoció el “derecho y deber de la legítima autoridad pública para aplicar penas proporcionadas a la gravedad del delito, sin excluir, en casos de extrema gravedad, el recurso a la pena de muerte”.
Matizó, sin embargo, que el papa Juan Pablo II señaló que “los casos en que la ejecución del culpable sea una absoluta necesidad son muy raros si no prácticamente inexistentes” y que el papa Francisco ha afirmado que “hoy en día la pena de muerte es inadmisible”.
“La pena capital es, además, un recurso frecuente del que echan mano algunos regímenes totalitarios y grupos de fanáticos, para el exterminio de disidentes políticos, de minorías, y de todo sujeto etiquetado como 'peligroso' o que pueda ser percibido como una amenaza para su poder o para la consecución de sus fines”, señaló citando una carta enviada en 2015 por el papa al presidente de la Comisión Internacional contra la pena de muerte, Federico Mayor.
La CEP concluyó que el papa Francisco expresa que “todos los cristianos y los hombres de buena voluntad” están “obligados no sólo a luchar por la abolición de la pena de muerte, legal o ilegal, y en todas sus formas, sino también para que las condiciones carcelarias sean mejores, en respeto de la dignidad humana de las personas privadas de la libertad”. EFE