Pese a sus esfuerzos por deslindar las responsabilidades del Municipio Metropolitano, el alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, quedó mal parado al intentar involucrar a la anterior gestión en la colocación de los containers donde se originó el incendio en la galería Nicolini del emporio Las Malvinas, pues la página web de Correo lo desmintió con imágenes de Google Maps del año 2015 (ver recuadro).Si bien los inspectores de la comuna limeña habían clausurado el centro comercial los primeros días de junio, los inescrupulosos comerciantes habían reabierto el lugar y continuaban operando sin que ninguna autoridad los intervenga.
“El pasado 6 de junio hemos clausurado este local, pero han vuelto a abrir. Ellos casi siempre encuentran artilugios legales para abrir sus locales una y otra vez”, dijo Castañeda Lossio al intentar explicar por qué los negocios operaban el día del inicio de la tragedia.
Sin embargo, llama la atención el comportamiento de las autoridades municipales, pues en múltiples reportes de sus intervenciones llegan hasta tapiar o colocar pesados bloques de concreto para evitar la reapertura de los locales clausurados. ¿Qué pasó en esta oportunidad? ¿Por qué fueron blandos con empresarios que violan las normas de seguridad y las reglas laborales al someter a sus empleados a condiciones de semiesclavitud?
LOS HECHOS. El gigantesco incendio registrado en la galería Nicolini ha provocado millonarias perdidas económicas, la desaparición de personas, puesto en riesgo la vida de los vecinos del Cercado, afectado las actividades laborales de miles de personas, la suspensión de las clases escolares y ha contaminado el aire de la capital. Sin embargo, ninguna autoridad asume ahora su responsabilidad. Ahora sí amenazan con sancionar a los propietarios de la galería siniestrada y al desalmado empleador que encerró a sus trabajadores para que cumplan su jornada diaria.
Al conversar con los comerciantes damnificados se pudo comprobar que muchos sabían las condiciones en que laboraban las personas encerradas en los containers, ubicados en los pisos superiores de la galería, pero nadie lo denunciaba porque no era su problema y no los afectaba. Por esta razón, los inspectores laborales del Ministerio de Trabajo no se enteraban y no podían intervenir para acabar con las condiciones de semiesclavitud en que laboraban jóvenes que buscaban llevar un pan a su hogar.
SIN DENUNCIAS. No obstante, el Ministerio de Trabajo tampoco asume la responsabilidad, porque, según el titular del sector, Alfonso Grados, el Sunafil solo puede intervenir cuando hay denuncias de los afectados.“Las inspecciones laborales en el país tienen una dinámica que se basa en denuncias recibidas de trabajadores. De este centro comercial no hemos recibido denuncias de trabajadores; por lo tanto, no han habido inspecciones como respuesta a situaciones irregulares manifestadas por trabajadores. Ojalá hubieran habido para poder atenderlo antes de que esta tragedia ocurriese”, explicó.Además, el ministro reconoció que si bien funcionarios de su cartera han realizado operativos en locales comerciales del Centro de Lima, aceptó que esto no ocurrió en la galería siniestrada. “La inspección laboral no puede ser 100% incluyente, no podemos inspeccionar todos los lugares de trabajo”, dijo.
FALTA CONTROL. En tanto, el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP), cuyo personal está trabajando sin descanso en el lugar del siniestro, emitió un pronunciamiento sobre este desastre de grandes proporciones, en el cual pide mayor responsabilidad de las autoridades pertinentes.“Los últimos incendios de grandes proporciones ocurridos en galerías comerciales y almacenes se deben en gran medida a la falta de control y supervisión por parte de las entidades municipales, que deben ser vigilantes y hacer cumplir la normatividad legal, pues de ello depende contar con un ambiente seguro tanto para los empresarios, sus trabajadores y los clientes”, explica el CGBVP.Asimismo, la Defensoría del Pueblo también se manifestó sobre el caso de los trabajadores. “Ninguna persona puede trabajar contra su voluntad, ni verse limitado de su libertad y mucho menos ser encerrada, porque esto afecta sus derechos. Es inadmisible y las autoridades fiscalizadoras en materia laboral deben actuar e imponer sanciones ejemplares”, enfatizó el defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez.
PPK MORTIFICADO. Por su parte, el Presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, se mostró mortificado y apenado por la situación de los trabajadores desaparecidos en el siniestro.“Necesitamos mucha más acción judicial. Los comerciantes no tenían derecho de estar aquí y han encerrado a los trabajadores, lo cual es criminal. Es terrible. Los tenían como esclavos”, declaró preocupado.
DESAPARECIDOS. Según información brindada por los comerciantes y recogida por los bomberos, son cuatro las personas desaparecidas, mientras que el ministro Grados señaló que se han identificado a solo tres.Justamente los familiares de estas personas se acercaron nuevamente hasta los alrededores de la galería siniestrada para saber del paradero de sus seres queridos.César Herrera, tío de Jovy Herrera Alania, contó que pudo comunicarse por teléfono con su sobrino hasta las 4 y 30 de la tarde del jueves.“Solo sabemos que estaba encerrado y que pusieron candado en un container en el quinto piso. Me pedía que lo ayudemos y yo no podía hacer nada. Además, nos pidió que cuidemos a su hija y que su mamá no llore por él”, contó entre lágrimas Herrera Castro.Él explicó que su sobrino trabajaba desde hace un año y medio en la galería. Herrera se encontraba encerrado junto a Luis Guzmán Taipe (19), la otra persona desaparecida, en uno de los contenedores de la empresa JPEG SAC.
“Le dije que se eche al piso, que orine en su polo, pero ya estaba tosiendo. Lo último que me dijo fue ‘cuídame a mi hijita’. No puede quedar así esta muerte. Mi sobrino deja una hija de un mes. Solo pido que me apoyen, quiero justicia”, señaló el tío. César Herrera llegó hasta el lugar con personal del Ministerio de Justicia que se encargará de dar asistencia legal y psicológica a los familiares de los desaparecidos, quienes ya hicieron la denuncia respectiva. Ellos acudieron ayer a la sede de la Dirincri para denunciar la presunta muerte de sus familiares. “Pido justicia y que se castigue a ese hombre que los encerró, no es posible, que hasta ahora no me entreguen a mi hijo”, dijo doña Bertha Villalobos, madre de Jorge Luis Huamán Villalobos.
SOLIDARIDAD. A los alrededores de la galería siniestrada llegaron numerosos vecinos con alimentos y bebidas para los bomberos, serenos y policías, quienes se encuentran en el lugar tratando de sofocar el incendio y resguardando la seguridad de las personas que viven en las cercanías.“Hemos traído panes con jamonada, con pollo y queso para estas personas que están trabajando sin descanso desde el jueves. Además, hemos preparado avena y café. De esta forma, esperamos contribuir un poco con ellos, sobre todo con los bomberos, quienes hacen una gran labor a cambio de nada”, dijo Hilda Pérez, vecina del Cercado de Lima, quien justo con su hija trajo más de 30 raciones de desayunos.Otros vecinos llegaron hasta el lugar con botellas de agua mineral para repartir entre los bomberos.
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