Ministra de la Mujer: “La violencia es el grado extremo que se inicia con el acoso”
Ministra de la Mujer: “La violencia es el grado extremo que se inicia con el acoso”

La , ha sido clara en solicitar que se investigue en el corto plazo posible la denuncia de acoso planteada contra el congresista de Acción Popular (AP) .

En diálogo con Correo, asegura que actos de este tipo, sobre todo provenientes de autoridades públicas, deben ser sancionados con todo el rigor de la ley, a fin de que las víctimas recuperen poco a poco su confianza en el sistema de administración de justicia, altamente cuestionado por actos de corrupción.

¿Qué diagnóstico ha hecho el sector sobre los altos índices de tentativas de feminicidios y acoso sexual? 

Nosotros venimos trabajando hace mucho los temas de violencia, sobre todo en la prevención de estos hechos, los cuales responden a la situación de subordinación y discriminación que las mujeres hemos vivido históricamente. La violencia es el grado extremo de discriminación que sufrimos las mujeres y que se inicia con el acoso, con la violencia psicológica que muchas veces naturalizamos. Estas situaciones terminan en hechos tan graves como la tentativa de feminicidio o el acoso de un padre de la patria, (denuncia) que tiene que investigarse y sancionarse -de corresponder- de la manera más fuerte porque el mensaje tiene que ser claro. Nuestras autoridades tienen que ser ejemplo de vida.

Sumado al caso del congresista Yonhy Lescano, están las acusaciones a los fujimoristas Luis López Vilela y Moisés Mamani, ¿qué mensaje se está dando desde el Congreso al ser ellos autoridades públicas? 

Ellos como autoridades tienen que dar el ejemplo. Si nosotros, como las autoridades, no respetamos ni valoramos a las mujeres, ¿cómo podemos pretender que el resto de la población lo haga? ¿Cuál es el mensaje que estamos dando a la población? Y si lo hacen, tiene que haber una respuesta del Estado que les diga: “No vamos a permitir estos hechos. Son tan graves que yo te sanciono con la máxima pena”. Por eso es que nosotros pedimos la máxima pena. El mensaje que se da a los agresores es muy importante. Solo el 29% de las mujeres víctimas de violencia denuncia, hay un 71% que no lo hace por diferentes causas.

¿Cómo cuáles? 

Una de las razones es la desconfianza en el sistema, porque si tú ves que a los agresores no les pasa nada, no hay ninguna sanción, entonces una dice: “¿Me voy a exponer a que me cuestionen, me revictimicen para que no vea una sanción ejemplar? Mejor no denuncio”. Muchos de los casos se deben a eso, por eso es que en el sector trabajamos por fortalecer el sistema.

Hemos sacado un decreto legislativo de creación de un sistema especializado de justicia, es decir, con jueces, juezas y fiscales que manejen los criterios adecuados que vayan a la protección de la víctima, no a la protección del agresor.

¿Existen diferencias, en algunos casos, para que el acoso se castigue con una sanción menor y en otros una de tipo penal? 

El acoso está tipificado hoy en día como delito. Antes de setiembre no era delito; por tanto, si te acosaban, es decir, había una persecución, una actitud permanente de molestia referida a temas sexuales o personales, tú no podías denunciarlo. El día de hoy sí puedes hacerlo porque está tipificado en el Código Penal.

¿Antes cómo eran contemplados estos casos? 

Antes solamente si había tocamientos indebidos en ese acoso se podía denunciar, ahora basta con que interfiera en tu rutina diaria para que puedas denunciarlo. Ni siquiera necesitas reiterancia, solamente que a ti te moleste de tal manera que te haga cambiar tu rutina, tu estilo de vida.

¿Con cuántos años de pena está tipificado el acoso?

El acoso puede llegar hasta cinco años, si es sin agravantes. Con agravantes, el acoso puede llegar incluso hasta ocho o diez años.

En el tema de las denuncias, el mensaje social es que estas no tienen efecto porque el agresor no recibe un castigo efectivo... 

Además, cuando tú ves a jueces, porque lo hemos escuchado, por ejemplo, del exjuez César Hinostroza vendiendo sentencias de violencia sexual hacia una niña, diciendo: “¿Qué cosa quieres, que lo libere o le baje la pena?”. Eso te hace desconfiar del sistema. Justamente por eso estamos abocados a devolverle la confianza en el sistema a las mujeres, fortaleciendo el sistema de justicia especializada.

¿Se han destinado recursos para llevar a cabo este trabajo?

El Gobierno ha destinado más de S/58 millones en el 2018 y S/200 millones este año, con lo cual se han creado 7 juzgados y 10 fiscalías especializadas; y este 2019 tienen para crearse más, pero sobre todo capacitar y sensibilizar al personal, porque eso es lo que va a hacer la diferencia. Cuando tú, mujer, llegues violentada y no te pregunten con qué ropa estabas, si habías tomado o a qué hora saliste. Eso no tiene nada que ver con el delito que se ha cometido. Se verá cuando dejen de responsabilizar a las mujeres de los hechos de violencia del cual somos víctimas.

En los últimos meses hemos visto que las cifras de feminicidios han aumentado con respecto al 2018, ¿las herramientas que implementó del Estado fallaron? 

Estadísticamente en violencia contra la mujer -lo dicen las encuestas del INEI- estamos disminuyendo. El año 2017 hemos cerrado con el 65.4% de las mujeres peruanas como víctimas de violencia; el 2018, bajamos a 63.2%. Sin embargo, en términos absolutos, las cifras del feminicidios han aumentado relativamente. Este año todavía no lo podemos medir; tenemos en total 25 casos entre enero y febrero, que en comparación con el año anterior hacen 3 casos más. (...) Lo que muestran estas cifras no es que se esté fallando o no, es que muchas mujeres no van al sistema, no son protegidas, pero también que son ellas quienes están decidiendo cortar las relaciones y dejar de ser sumisas. Los hechos de violencia se muestran más graves cuando ellas ya no quieren regresar en la relación, y lo hemos visto en los últimos casos.

Si bien se ha avanzado en el aspecto normativo, ¿cuánto influye la educación en la lucha contra la violencia a la mujer?

Eso es fundamental. Me he referido al sistema de protección y atención, pero el sistema de prevención, que es lo único que va a hacer bajar las cifras, tiene que trabajarse y priorizarse. Tenemos recursos que antes no habían. Estamos trabajando muy fuerte con educación, porque es importante trabajar con niños y niñas en la construcción de valores como el respeto y la igualdad, para que en el futuro no haya ni agresores ni víctimas, sino una sociedad en la que se respeta a todos como iguales.

Y, ¿en el trabajo, en el hogar? 

Junto con la niñez tenemos que trabajar también con la familia, porque lo que tú enseñas en la escuela, luego vas a tu casa y ves otra cosa, no te sirve para nada. Estamos trabajando con toda la comunidad educativa, con pautas de crianza saludables, como no utilizar el castigo físico como un mecanismo de corrección; además de las relaciones interpersonales e interfamiliares. Queremos que las familias se conviertan en un espacio de confianza y respeto.

En las escuelas, ¿qué participación tiene el MIMP en lo referido a la equidad de género?

Desde el sector, nosotros promovemos la igualdad de género, que es la igualdad entre hombres y mujeres, que podemos hacer lo mismo. Somos diferentes en lo biológico, pero en derechos no, y merecemos el mismo trato y respeto. En eso estamos trabajando justamente con los valores igualdad y respeto.

El Perú tiene dos flagelos importantes: la violencia contra la mujer y la corrupción. ¿Es uno más importante que el otro?

Los dos son prioridad, pero están íntimamente relacionados y he dicho, cuando tú no tienes un sistema de justicia que garantice los derechos de las personas, en especial de las mujeres, eso abona en contra de la lucha contra la violencia.