“¡No más guerra!”, exclamó Santos en firma de paz con las FARC (VIDEO)
“¡No más guerra!”, exclamó Santos en firma de paz con las FARC (VIDEO)

El momento cumbre de la ceremonia de la suscripción final de la paz con las FARC, en Colombia, llegó sin duda cuando el líder del grupo armado, José Londoño “Timochenko”, pidió perdón a las víctimas del conflicto. Fue casi al final de un discurso que a muchos parecía triunfalista.

“En nombre de las FARC-EP -sostuvo “Timochenko” sin dejar de leer un escrito- ofrezco, sinceramente, perdón a todas las víctimas del conflicto, por todo el dolor que hayamos podido causar en esta guerra”.

“¡Que Dios bendiga a Colombia! ¡Se acabó la guerra!”, exclamó, en medio de aplausos de las 2500 personalidades colombianas y del mundo presentes en el Centro de Convenciones de Cartagena de Indias.

Un potente zumbido rasante sobre el Centro de Convenciones frenó, repentinamente, el discurso de “Timochenko”. Miró al cielo, confuso por varios segundos, con una sonrisa nerviosa. Miró a su costado, buscando alguna explicación. Estallaron risas en el auditorio. Se pusieron en pie los invitados, agitaron pañuelos dando vivas a la paz.

Eran cazabombarderos de la Fuerza Aérea Colombiana cruzando el cielo de Cartagena para celebrar el acuerdo. “Timochenko”, aún con sonrisa nerviosa, retomó su discurso y finalizó.

Bienvenida. Como la mayoría de los presentes, el presidente Juan Manuel Santos vestía completamente de blanco. No trajo un papel con el discurso. Comenzó con esta frase: “Las víctimas han sido y son razón de ser del fin de este conflicto”.

Remarcó que los colombianos han sufrido un conflicto armado entre hijos de una misma nación. “¡No más guerra!”, exclamó. El auditorio se puso en pie para corear la frase.

El presidente colombiano fue posiblemente el más implacable enemigo de las FARC-EP desde el Ministerio de Defensa, durante el gobierno de Álvaro Uribe, y durante su actual gobierno.

Santos, en un momento, enfocó la mirada en el líder de las FARC-EP para felicitarlo por haber conducido a su organización de regreso a la sociedad, a un mundo sin armas. “Señor Londoño (...) como jefe de Estado le doy la bienvenida a la democracia”.

Prosiguió: “A cambiar las balas por los votos; las armas por las ideas. Es la decisión más valiente e inteligente que puede tomar cualquier grupo subversivo”.

La frase fue una alusión directa al grupo armado Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, una banda armada menor, aún activa.

Más adelante, Santos se enfocó en el pedido de perdón del líder guerrillero y dijo que el perdón libera, “sobre todo al que perdona”.

REFRENDAR. El presidente colombiano subrayó luego la importancia del referendo del pró ximo 2 de octubre.

Dijo a los colombianos que con su voto a favor del acuerdo, abrirán las puertas a un mundo mejor, con alegría y optimismo, y le darán al gobierno el poder de salvar vidas, de heredar a sus hijos un país tranquilo donde los hijos crezcan sin miedo, donde los campesinos despojados regresen al campo, y venga más inversión al país, y por consiguiente más empleo. El sufrimiento del pasado y la esperanza del futuro, la tranquilidad del progreso. “Este que hemos logrado es el mayor posible”, remató.

Juan Manuel Santos no pudo evitar que una lágrima rodara por su rostro. Se la enjuagó rápidamente con la mano derecha. Fue cuando repitió una frase del himno nacional colombiano: “Cesó la horrible noche de violencia que nos mantuvo en tinieblas por más de medio siglo”.

EL NO DE URIBE. El expresidente Álvaro Uribe, entre tanto, encabezó una manifestación en el centro de Cartagena contra el acuerdo. Sus seguidores portaban pancartas y polos blancos con la inscripción: “No+ FARCSA, Impunidad”.

Una frase del líder de las FARC-EP, “Timochenko”, dirigida a sus seguidores, sintetiza muy bien la razón por la que el viejo grupo ilegal decidió rendir sus armas: “No hemos logrado vencer militarmente, pero tampoco fuimos vencidos”.

Tras la firma final del Acuerdo de Paz, ayer en Cartagena de Indias, las FARC disponen de un plazo de seis meses para culminar con la entrega de sus armas.

Estas serán fundidas, es decir reducidas a un amasijo de metal para esculpir monumentos a la paz, bajo la supervisión de las Naciones Unidas.

El grupo armado FARC surgió en el contexto de la Guerra Fría entre la URSS y los Estados Unidos y con el ánimo de emular la exitosa guerrilla de Fidel Castro en Cuba, en una época en que prosperaban ideas como la conquista de poder por la armas, sin pasar por la democracia y el voto.

La sumisión de las FARC significa también el fin estratégico de los proyectos armados en América Latina, el final de la utopía armada como medio para alcanzar el poder, una metodología que Sendero Luminoso puso en práctica en los años ‘80, con un fracaso rotundo.

¿Qué viene después de la firma del acuerdo? Pues el documento de paz firmado entre las partes del conflicto será enviado al Congreso de Colombia para convocar al plebiscito.

Asimismo arrancará el proceso de dejación de armas por parte de las FARC-EP y comienzan a correr los seis meses para convertirse en una organización política.

El Gobierno y las FARC-EP entregarán las coordenadas de ubicación de sus respectivas unidades a los delegados de las Naciones Unidas.