Procuraduría Anticorrupción bajo la lupa
Procuraduría Anticorrupción bajo la lupa

El cisma ocasionado al interior de la Procuraduría Anticorrupción a raíz de la denunciada intromisión del ministro de Justicia, , supuestamente a favor del prófugo y amigo de la pareja presidencial, en el caso “La Centralita”, terminó por socavar la imagen del citado órgano del Estado, encargado de revisar procesos de corrupción de funcionarios.

Así lo entienden tres exprocuradores anticorrupción consultados por Correo.

Bajo la óptica de , el escándalo que terminó con el despido de la exprocuradora  (autora de la denuncia contra Figallo) fue producido por una serie de equivocaciones que han generado en la opinión pública la impresión de que la Procuraduría Anticorrupción “no tiene autonomía, y que la pasan por encima”.

“Todo el conflicto entre el Minjus y la Procuraduría es pernicioso para su imagen. También las acusaciones sin sustento”, explicó el abogado.

Asimismo, resaltó que Figallo se equivocó al convocar a reuniones “que no debieron producirse” con el asesor legal de , para evaluar la posible colaboración eficaz de Martín Belaunde.

También criticó la participación de Joel Segura (sucesor del exprocurador Christian Salas), quien junto al resto de su equipo salió en conferencia de prensa apoyando políticamente al ministro Figallo.

“Es una pena, porque se había conseguido mucho al reflotar una institución que estaba muerta”, lamentó Arbizu. “Es necesario -agregó- que Segura dé cuanto antes muestras claras de independencia, que exija el nombramiento de nuevos adjuntos, que se ratifique en pedir la exclusión del fiscal del caso ‘La Centralita’ Marco Huamán, y que ratifique el hecho de que Belaunde Lossio no puede acogerse a la colaboración eficaz”.

SOLUCIÓN. A su turno, el abogado Jorge Luis Caldas Malpica, quien dirigió la Procuraduría Anticorrupción en el 2009, coincidió con Arbizu, en el sentido de que la imagen de dicho órgano se encuentra “por los suelos”.

“Nunca se ha visto un escenario parecido. Es muy difícil que alguien como Segura pueda reordenar la Procuraduría. Por un tema de salud interna, el Ejecutivo debe tomar acciones y confiarle a otro profesional idóneo, de una perspectiva clara e independiente, alejada de influencias”, indicó Caldas Malpica.

En esa misma línea, recomendó que la ley se modifique a fin de conseguir la total autonomía de la Procuraduría Anticorrupción, la cual depende actualmente del MEF. Explicó que si se logra separarla del sector Justicia, se evitarían escenarios similares. “Esto le daría mayor estabilidad y libertad al representante de la Procuraduría”, manifestó tras destacar que la autonomía radica en la independencia para desarrollar una adecuada estrategia de defensa del Estado.

DESIDIA. Al respecto, Arbizu señaló que lo ideal sería que el Parlamento hubiese iniciado la reforma constitucional para convertir a la Procuraduría Anticorrupción en un órgano autónomo, a fin de evitar su eventual sujeción ante el Poder Ejecutivo.

Sin embargo, a su juicio, “al Parlamento le importa un pepino a la Procuraduría. Este incidente ha sido aprovechado por los oportunistas (sectores de oposición) de siempre, que ahora tratan de erigirse en guardianes de la ética aunque todos sabemos que son los responsables del desastre moral del país”.

Por su parte, el exprocurador Ronald Gamarra explicó que el órgano encargado de revisar proceso de corrupción de funcionarios debe recobrar su independencia, y el único camino es que el Congreso voltee la mirada hacia él. Expresó su preocupación debido a que considera que los grupos políticos no están interesados en estos temas relacionados con la Procuraduría

“No creo, en verdad, que muchos congresistas vean con entusiasmo fortalecer o crear una institución que pueda coadyuvar en investigaciones contra ellos mismos”, manifestó.