Raúl Diez Canseco:  “Me hubiera gustado un presidente un poquito más conciliador”
Raúl Diez Canseco: “Me hubiera gustado un presidente un poquito más conciliador”

Acción Popular (AP) cumple 63 años y con dos presidentes de la República en su haber, Fernando Belaunde Terry y Valentín Paniagua Corazao, apunta a tener un tercero para el Bicentenario. Uno de los nombres que suena como alternativa, aunque él aún no confirma su candidatura, es el de  quien ve con expectativa el futuro, plasmado en la reforma política que impulsa el Gobierno, y con reproche el pasado capítulo que lo vinculó a Alejandro Toledo, de cuya culpabilidad, sostiene, no duda. 

¿En qué situación llega Acción Popular a sus 63 años? 

Estamos ahorita inmersos en un proceso de reestructuración partidaria interna y, por lo tanto, tienes a 12 candidatos o más a la Secretaría General dando vueltas por el Perú; dos, tres o cuatro candidatos a la Presidencia del partido, igual. En el caso mío, recorro el Perú aceptando invitaciones de muchas universidades para hablar temas de emprendimiento, jóvenes que están interesados en que les expliquen cuál es el futuro del Perú, qué posibilidades hay en las regiones. Ahora vengo del Cusco, por ejemplo. En Quillabamba, he tenido una reunión con más de 600 jóvenes; he visto un país muy interesado, una juventud despertando, vigorosamente, y un partido que tiene, pues, la esencia de las raíces del presidente Belaunde, su doctrina está más fuerte que nunca.

Dice que es un partido que conserva la doctrina de Belaunde, una ideología que en un principio era democrática, nacionalista y revolucionaria. ¿Cuánto de nacionalista y revolucionaria tiene ahora? 

Belaunde siempre dijo que la esencia nuestra era tener el Perú como doctrina, es decir, que no teníamos que importar ideas foráneas, sino rescatar las tradiciones auténticas y nativas peruanas. Y la propuesta de gobierno la denominó como la conquista del Perú por los peruanos; es decir, que nosotros mismos, ciudadanos peruanos, tenemos que resolver los problemas del Perú recorriendo nuestro país y planteando soluciones. 

AP ha tenido un relativo éxito en las últimas elecciones. ¿Cuánto aire insufla esto en el partido? 

Yo diría que es muy positivo. Por ejemplo, acabo de llegar del Cusco, el gobernador (Jean Paul Benavente) es de Acción Popular, el alcalde provincial de Urubamba (Alberto Valcárcel) es de Acción Popular; he estado con él viendo una serie de proyectos de desarrollo maravillosos. Y la verdad que la mayoría de jóvenes que encuentro en mis conferencias en las universidades no militan en ningún partido político, pero sí les puedo decir que tienen un interés sano de escuchar qué es lo que hizo Belaunde y, en base a la esencia y la decencia de los que fueron sus dos gobiernos, más el de Paniagua, quieren saber cuál es nuestra propuesta, porque la elección del 2021 es una elección muy compleja, donde tenemos que pasar del discurso al desarrollo.

¿Qué piensa de la propuesta de cambiar la recolección de firmas por un número mínimo de afiliados para las organizaciones políticas?

Me parece muy bien, porque el afiliado es el que se compromete. La firma por compromiso la pone cualquiera, el afiliado es el que es consciente de lo que le estás proponiendo y, sobre todo, el que coincide contigo en la filosofía, en la doctrina. Hoy, la mayoría de partidos no tiene doctrina, por eso, cuando llegan al Congreso, en el primer enfrentamiento renuncian.

¿Y cuál es su opinión sobre el planteamiento de elecciones internas, abiertas y obligatorias? 

Eso es lo que más me gusta, porque eso significan primarias el mismo día y a las mismas horas, por lo que no se pueden votar por dos opciones. Generas una elección nacional mucho más auténtica, donde podrá haber debates más profundos y contundentes, y el Perú ya no estará ruleteado para ver a quién se encuentra a la vuelta de la esquina.

¿Se presiona al Legislativo con la reforma, con la manera en la que el Ejecutivo la impulsa? 

Bueno, yo pienso que, de verdad, el Congreso pudo hacer las cosas sin ninguna presión, pero es un poco difícil pensar que el Congreso, por visión propia, iba a determinar todos los cambios que el país reclama. Yo creo que no irán a la reelección, tienen la oportunidad de dejar un legado, de firmar estas leyes con autenticidad y espero que así lo hagan.

¿No es excesivo el enfrentamiento del Ejecutivo, y el mismo presidente Vizcarra, con el Congreso? 

Bueno, a mí sí me hubiera gustado tener un Presidente un poquito más conciliador. Digamos, son estilos. Yo creo que el Perú ya no está... o como se dice en criollo: “La novia ya no está para tafetanes”.

¿Cuál es el concepto que tiene de Vizcarra como presidente de la República? 

La primera cosa que tengo que decir es que tomó el toro por las astas, en este Perú nuestro había mucha corrupción y eso lo va a saludar cualquier persona. Mire todo lo que se está descubriendo, ¡es una vergüenza que la agenda del Perú haya sido la corrupción! Segundo, está interviniendo una agenda de desarrollo político, digamos, de profundizar los partidos políticos, que es la esencia de la democracia. En una democracia fuerte hay partidos políticos, Estado Unidos, Reino Unido, Europa, a eso también le ha puesto atención. Donde al presidente Vizcarra lo han tenido demasiado cercado es sobre cómo tratar todo el tema de la corrupción o las obras que se han paralizado por el tema Odebrecht. Capaz ahí debió hacerse un fideicomiso, un corte hasta donde habían llegado estas empresas que lastimosamente no cumplieron como debía haber sido, y ver la manera de reiniciar esas obras con otros procesos. Tenemos Chavimochic que está al 85%, pero está parada; vale 1200 millones de dólares de importación que se pudieron haber consolidado, 150 mil nuevos puestos de trabajo.

¿Pero el concepto que tiene de Vizcarra es el de un buen presidente o de un mal presidente? 

No, sí es un buen presidente. Acuérdese que él no fue elegido presidente de la República, él tuvo que asumir esta responsabilidad en un momento sumamente complejo, en donde había crisis en el mundo; también, ahora tiene que pensar cuál puede ser su legado, tiene que poner paños fríos en todos estos enfrentamientos y agotar toda su capacidad de convocatoria, y de explicación, y de diálogo para poner en marcha algunos proyectos, mineros, por ejemplo, que siguen parados porque no han sido bien explicados y porque en el pasado, capaz, sí hubo contaminación, pero hoy en día, el país minero más importante del mundo es Canadá y es cero contaminación. Aquí lo que falta es diálogo, a veces recién nos ponemos a dialogar cuando ya se nos rebalsó la represa.

¿Y hace un buen trabajo en lo económico? 

Yo pienso que faltan leyes que reactiven la economía peruana.

¿Cuál es su opinión de Alejandro Toledo? 

Bueno, hay dos etapas. Yo le puedo hablar del Toledo que conocí inicialmente, el “Toledo bueno”, el Toledo de una familia muy numerosa, el Toledo de Cabana; yo estuve ahí, conocí a las hermanas de su mamá, campesinas, gente muy humilde, gente muy honesta. El primer año del señor Toledo fue un Gobierno bueno, positivo. Después salí del Gobierno, y cuando se le metió el demonio y destrozó toda su trayectoria, echó por la borda ese patrimonio de ser un Pachacútec, como el mismo se llamaba.

¿Le queda duda de que Toledo delinquió? 

No me cabe la menor duda de que Toledo delinquió y que debe ser castigado y sancionado ejemplarmente, con mucha pena lo digo.

¿No considera que a un político lo descalifica el no haber podido ver todo esto en lo que se convirtió Toledo y asociarse con un personaje así para ser parte de una plancha presidencial? 

No tiene nada que ver, porque cuando eres convocado y conoces a una persona, en ese momento, una personas correcta, que no tiene antecedentes, que no ha hecho nada incorrecto, que no hay denuncia ni nada, solamente los magos o la visión de Dios -y solo hay uno que está en el cielo- pueden adelantarse a lo que va a pasar en el futuro. Lo que sí tenemos que tener claro es que si detectamos esas cosas hay que renunciar, denunciar y no continuar con esa gente.

Con estos antecedentes, ¿descartaría una alianza en el futuro? 

Creo que nadie puede descartarlas (...) si queremos poner a trabajar el Perú, tenemos que sumar con otros, pero otros que comulguen contigo en tus ideales. Estuve ahora en Junín; el gobernador de Junín (Vladimir Cerrón) aplaudía a (Nicolás) Maduro de Venezuela, ese o otros que creen que Venezuela es una panacea son gente que hay que rechazar y tener mucho cuidado, porque quieren llevar al Perú al despeñadero.

Dice que las alianzas no se pueden desechar, ¿descartaría una con el Partido Popular Cristiano (PPC), involucrado con el tema “Lava Jato”? 

Creo que con nadie que esté vinculado al tema “Lava Jato” o cualquier corrupción.

Entonces, tampoco se alearía del fujimorismo... 

Difícil, porque los pensamientos nuestros no han coincidido, nosotros ponemos por delante el Perú. Belaunde, cuando salió elegido en los años 80, les pidió a todos que vengan a ayudarlo a gobernar, y el único que respondió fue el PPC, y de ahí mi admiración y mi cariño permanente a don Lucho Bedoya Reyes. El Perú es una suma de momentos, pero tienes que sumar con quienes coinciden contigo, los que tienen los mismos ideales.

¿Desecharía a Barnechea como el próximo candidato presidencial de AP? 

Lo único que le puedo decir es que el próximo candidato de AP va a venir de una elección interna, que además, para suerte del partido, será una elección abierta. Y ahí estarán todos los candidatos de Acción Popular que sientan el legado de Belaunde, que demuestren la transparencia, que demuestren la consistencia de los ideales de AP y tengan su trayectoria. El que salga ahí será nuestro candidato y todos tenemos que ayudarlo.

Barnechea apareció en el velorio de Alan García. ¿Esto fue perjudicial para él? 

Yo creo que ese episodio no fortalece de ninguna manera a Alfredo Barnechea, creo que fue un tremendo error lo que hizo allí.

¿Debilita a Acción Popular? 

En Acción Popular, su líder está en el cielo mirándonos a todos, y su legado está por encima de cualquier prebenda o discrepancia que podamos tener. 

Barnechea aseguró, en aquella ocasión, que había “un contubernio de la mafia judicial con los improvisados del Gobierno”. ¿Coincide con él o discrepa? 

Discrepo totalmente con lo que pasó en esa oportunidad, y creo que Víctor Andrés García Belaunde, que estaba a su lado, sintió vergüenza ajena.

¿Cuánto daño le hizo Lescano al partido? 

Creo que eso fue un tema personal, le jalaron mucho la pita, dicho sea de paso, y ya fue sancionado. Creo que esa situación puntual no le hizo daño al partido, como que no le podría hacer daño cualquier falta de cualquier militante, el partido es mucho más que todos los miembros juntos.

Si Vizcarra cierra el Congreso, ¿sería constitucional o sería como el autogolpe del 5 de abril? 

Lo han dicho muchos, son mecanismos constitucionales, acá no hay autogolpe. Y estoy convencido de que el Congreso tendrá la sapiencia, la grandeza de desentrampar al Perú y dejarlo llegar ordenado al 2021.

¿Hay un abuso de la prisión preventiva en el país? 

Sí, yo creo que sí. Siempre me enseñaron que somos inocentes mientras no se demuestre lo contrario y aquí te mandan preso por cualquier cosa. Creo que hay que darle más recursos a la Fiscalía y al PJ para que los procesos sean más rápidos y puedan haber sentencias más rápidas.

¿Keiko debería, entonces, salir en libertad? 

Si le doy opinión sobre esto, me estoy metiendo en donde no me corresponde, yo respeto la institucionalidad de la Fiscalía y del Poder Judicial. Yo solamente invoco a esos jueces y esos fiscales que no se dejen presionar por la opinión pública y que hagan el trabajo que el país requiere para limpiarlo de tanto problema.