Tomar una cerveza al cerrar una dura jornada laboral puede ser muy beneficioso para relajarse. Incluso durante el almuerzo o al momento de la cena, acompañar el momento con esta bebida es excelente para resaltar los sabores de nuestra gastronomía. Pero la otra cara de la moneda es el consumo de bebidas con alcohol sin control. “Beber de vez en cuando no genera dependencia si el consumo es moderado. El problema viene cuando la cantidad de alcohol en la sangre sube hasta que se comienzan a producir cambios fisiológicos y psicológicos”, explica el médico psiquiatra Carlos Alberto Yáñez al Grupo El Comercio. “Esto claramente se da tras el consumo nocivo de estas bebidas”, puntualiza.

Teniendo en cuenta la importancia de cuidar nuestra salud hoy, por la pandemia que ataca al país, es importante mitigar cualquier otro fenómeno que pueda afectarla. De acuerdo a la psicóloga Miriam Barranca Segovia, muchas veces el abuso de bebidas alcohólicas puede esconder diversas carencias o la búsqueda de una desconexión con la realidad. “Cuando una cerveza se convierte en seis o siete, uno debería preguntarse a qué responde ese consumo compulsivo, que podría tener un origen mucho más profundo”, sostiene.

Yáñez subraya que, entre los principales efectos del consumo excesivo de alcohol, está hablar en voz alta, perder la ubicación temporal-espacial, visión borrosa, así como reacciones fisiológicas como la pérdida de equilibrio, alteraciones gástricas, entre otros.

Entre los consejos básicos para controlar un consumo moderado, está acompañar la bebida con algún alimento, controlar el ritmo para no beber muy rápido y alternar cada cerveza con agua o una bebida sin alcohol.

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