Se denomina afta o llaga a una ulceración que puede aparecer en los labios, la lengua, el velo del paladar o la base de las encías.

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Causa dolor y se presentan inicialmente como manchas inflamadas rojas para luego abrirse y adquirir un color blancuzco o amarillento con un halo brillante de enrojecimiento a su alrededor.

Estas pequeñas heridas pueden aparecer por diversos factores:

• Por un mordisco involuntario.
• Una limpieza dental excesivamente agresiva, etc.
• Infecciones víricas originadas por patógenos diferentes al herpes virus (en este caso se denominan herpes).
• Por alteraciones del sistema inmunitario, como es el caso de las alergias alimentarias.
• Factores hereditarios.
• El uso de determinados fármacos.
• Estrés emocional.
• Cambios hormonales como ocurre en el ciclo menstrual o con el embarazado.
• Ortodoncia o prótesis dentales. En ocasiones, este tipo de dispositivos puede rozar algún área blanda de la cavidad oral provocando úlceras o llagas.
• Estomatitis aftosa recurrente (EAR), suele afectar a entre un 20 y un 30% de los adultos y a un elevado porcentaje de niños. Son los casos en los que se producen úlceras orales recurrentes (UOR), el trastorno de carácter inflamatorio más frecuente en la cavidad oral.

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Las aftas por lo general no precisan ningún tipo de tratamientos y suelen desaparecer en cuestión de días.

Cabe mencionar que enjuagarse la boca con agua y sal favorece a su curación rápidamente. Al igual que la aplicación local de algodón con una dilución de agua oxigenada y agua.

Estas heridas, aunque no son letales, son muy molestas por el ardor que ocasionan. Si no quieres sufrir de aftas bucales, entonces puedes evitar los alimentos calientes, salados o muy condimentados. Además, reducir los cítricos.