En el Perú cerca del 15% de la población entre los 18 y 35 años sufre de algún trastorno de fertilidad; es decir, alrededor de un millón y medio de peruanos tiene problemas para concebir un bebé. Esta condición se define como la incapacidad de lograr el embarazo a pesar de tener relaciones sexuales frecuentes y sin protección durante al menos un año en la mayoría de las parejas.
De acuerdo con el Dr. Luis Ernesto Escudero, past president de la Sociedad Peruana de Fertilidad, existen diversos factores que pueden imposibilitar o minimizar las probabilidades de lograr el objetivo de las potenciales familias.
¿Qué puede suceder?
- En el caso de los varones: puede ser por una producción o funcionamiento anormal de los espermatozoides, sobreexposición a productos como pesticidas o el uso de cigarrillos, alcohol o anabólicos en exceso.
- En las mujeres: puede relacionarse con trastornos de ovulación, anomalías en el cuello uterino, daño o bloqueo en las trompas de Falopio, endometriosis, entre otros.
El especialista indica que, una vez identificada la causa por la que una pareja no puede concebir, existen diversos tratamientos de reproducción asistida que se han convertido en aliados para aquellas personas que por alguna razón aún no pueden ser padres de forma natural.
“Son tratamientos seguros y efectivos que mejoran significativamente las probabilidades del embarazo, y dependiendo de la edad, pueden llegar a tener tasas de éxito de hasta un 60%”, indica el experto.
Tratamientos de fertilidad
El Dr. Escudero da a conocer cuáles son los principales procedimientos de reproducción:
- Coito dirigido. Tratamiento de baja complejidad que consiste en dirigir las relaciones sexuales en el periodo fértil mediante el monitoreo del ciclo menstrual, con el objetivo de hacer coincidir la relación sexual con el momento preciso de ovulación, incrementando la posibilidad de concepción cada mes. Este proceso puede acompañarse de medicamentos inductores de la ovulación.
- Inseminación. Esta es una técnica de baja complejidad que consiste en la introducción de una muestra seminal, previamente seleccionada en el laboratorio, adquiriendo la capacidad para fecundar, dentro del útero, con el fin de aumentar las posibilidades de fecundación. Este procedimiento se lleva a cabo durante los días de ovulación y tiene por objetivo disminuir la distancia que los espermatozoides deben recorrer hasta el óvulo.
- Fecundación in vitro (FIV). Es un tratamiento de alta complejidad que busca unir el óvulo con el espermatozoide a través de un proceso en el laboratorio y que permite lograr la fecundación y obtener así embriones viables para su posterior transferencia al útero materno. Este procedimiento se recomienda también para casos de endometriosis, síndrome de ovario poliquístico (SOP) o infertilidad masculina (recuento bajo de espermatozoides o problemas en su calidad).
- Congelación de óvulos. Conocido como criopreservación de ovocitos, es un procedimiento cuya demanda ha aumentado conforme las mujeres han ido postergando la decisión de convertirse en madres. También puede ser utilizado cuando la persona se somete a cirugías o tratamientos que ponen en riesgo la madurez y calidad de sus óvulos, tales como quimioterapias o radioterapias, así como en caso de presentar endometriosis o tener antecedentes de menopausia temprana.
El Dr. Escudero indica que la selección del tratamiento dependerá tanto de la evaluación médica como de diversos factores, entre los que están la edad, el tiempo durante el que se ha intentado la concepción y hasta la alteración hormonal. “Es importante que todas las parejas que desean convertirse en padres acudan al especialista apenas identifiquen las dificultades para procrear, ya que existen diversas alternativas de solución, pero deben ser aplicadas a tiempo para tener mayores probabilidades de éxito”, enfatiza.