La llegada de las celebraciones de fin de año trae consigo momentos de unión y disfrute en torno a reuniones de trabajo o familia, pero también representa un aumento en el riesgo de infecciones gastrointestinales. Durante estas festividades, los cambios en los hábitos alimenticios y las altas temperaturas incrementan las probabilidades de que alimentos mal conservados o manipulados ocasionen problemas de salud.
La Dra. Liliana Castro Manchego, médico general y de urgencias de la Clínica Anglo Americana, menciona que “las infecciones más frecuentes durante estas fechas son ocasionadas por bacterias como Escherichia coli, Salmonella y Campylobacter, así como por virus como el norovirus y el rotavirus”. Estas infecciones suelen estar relacionadas con una inadecuada manipulación y conservación de los alimentos.
Los primeros signos de alerta incluyen náuseas, vómitos y diarrea, que pueden llevar a una rápida deshidratación. “Es fundamental acudir a una emergencia si se presentan diarreas frecuentes o intolerancia oral, ya que esto puede desencadenar complicaciones graves como alteraciones en los electrolitos del cuerpo”, destacó la Dra. Castro.
Entre las complicaciones más severas están los desequilibrios electrolíticos, que podrían provocar debilidad extrema, calambres musculares e incluso convulsiones si no se tratan oportunamente. En casos extremos, las infecciones no atendidas a tiempo pueden extenderse y generar condiciones que requieran hospitalización urgente.
Para disfrutar de las cenas festivas sin riesgos, la Dra. Castro recomienda:
- Lavado de manos: Antes de preparar o consumir alimentos, así como después de usar el baño. Esto es especialmente relevante en reuniones familiares donde el contacto físico es constante.
- Cocción adecuada: Cocinar bien las carnes y si vas a recalentar tus alimentos que sea a una temperatura adecuada.
- Conservación apropiada: No almacenar alimentos cocinados por más de tres días y refrigerarlos inmediatamente después de servidos para prevenir el crecimiento bacteriano.
- Higiene en frutas y verduras: Desinfectar minuciosamente los alimentos que se consumen crudos, especialmente en ensaladas y guarniciones.
- Evitar excesos alimenticios: Moderar el consumo de combinaciones pesadas como alcohol, lácteos y comidas grasosas, que pueden generar malestar digestivo en personas con condiciones preexistentes como intolerancia a la lactosa, cálculos biliares o enfermedades crónicas como diabetes mellitus e hipertensión arterial.
Además, es importante evitar la automedicación y buscar atención médica si los síntomas persisten. “Un diagnóstico rápido, basado en pruebas como un coprocultivo y análisis de sangre permite iniciar un tratamiento eficaz que previene complicaciones”, enfatizó la Dra.
Con estas prácticas simples, pero efectivas, es posible disfrutar de las celebraciones sin comprometer la salud y bienestar de la familia.
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