Las 6 heridas emocionales de la niñez que perduran toda una vida
Las 6 heridas emocionales de la niñez que perduran toda una vida

Las traumas vividos durante la infancia perduran a lo largo de los años e influye en el estilo de vida de cada persona. En algunos casos el reflejo de éstas  contribuye en decisiones extremas, según las investigaciones de la Universidad de Princeton.

¿Cómo afectan las herida emocionales de la infancia?

Las heridas emocionales afectan el comportamiento, la forma de vida y la perspectiva sobre la vida de una persona.  Un suceso traumático  marca la memoria del individuo que provoca reacciones biológica como la , frustración, aislamiento, sentimiento de culpa, odio, desconfianza y o otros factores.

Las personas no somos conscientes de la influencia de la  emocionales en la vida diaria.

Las 6 heridas emocionales que perdura durante la vida adulta

El miedo al rechazo

Cuando una persona toma una decisión siempre actúa con el miedo al rechazo. Y si las propuestas o acciones no son aceptadas por el resto se siente  fracasada. Esta secuela se  arrastra desde la infancia con el rechazo de los .

Pero en casos extremos donde  el rechazo es continúo en la familia o en el círculo de los amigos de la infancia, a lo largo del tiempo genera un auto rechazo. Esta herida emocional repercutirá en la vida adulta.

Las personas que pasaron por esta situación siempre preferirán permanecer solos (aislados) en el amor, trabajo, estudios e incluso en las reuniones sociales.

El Miedo al abandono

El origen de esta herida emocional es cuando una madre o padre no se muestra como protector@  ante los miedos que experimenta el infante.

En la mayoría de los casos este aspecto pueden desarrollar más los niños cuidados por una empleada del hogar, porque no todas las nanas responden las exigencias del acompañamiento a un niño.

Las persona que arrastran esta suelen ser inseguras, desarrollan dependencia emocional y viven en el constante miedo al abandono

La humillación

La humillación comienza en el hogar con la preferencia a un hijo y la desaprobación de las acciones del otro. Pero el ambiente más humillante de un niño es el colegio y  las redes sociales, porque son sometidos a burlas, descalificación e incluso llegan a ser golpeados.

Las personas que pasaron por esta situación tienen una tendencia a la depresión, autoestima baja y una carga emocional de negativa.

La injusticia

Los niños desarrollan la capacidad de evaluar las situaciones de justicia y la injusticia con las pequeñas acciones de los  que los involucran. Por ejemplo: si la porción de comida que dieron es proporcional con el resto de la familia.

En un hogar injusto el niño desarrolla el sentimiento de no ser merecedores de la atención del resto de la sociedad y el grupo.

La persona que ha vivido en este ambiente tiene problemas para confiar en los demás y establecer las relaciones, siempre se mostrará insegura y pesimista.

La traición (promesas incumplidas)

A los niños los padres suelen prometer algunas cosas, como comprar un juguete a medio año o cuando apruebe el año escolar.

Llega el momento y los padres se olvidaron de lo prometido o planificaron mal sus gastos y no pudieron cumplir con la promesa. Esta acción parecería algo natural, pero genera heridas emocionales que hace que el niño no se fíe de las personas de su entorno familiar.

Como consecuencia de ello las personas adultas  tienen una personalidad insegura, miedosa y celópata (celosas en extremos).

Violencia familiar

Los niños que viven en un entorno familiar violento, con padres que discuten cada cierto tiempo o con padres autoritarios que golpean a los hijos por la supuesta corrección de la conducta.

Éstas personas en la vida adulta serán posibles esposas, esposos, padres o  maltratadores.

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