En pleno siglo 21 la vida parece más sencilla que antes. Podemos hablar con cualquier persona en cualquier momento, ver situaciones que están pasando al otro lado del mundo e inclusive trabajar desde casa. Pero entonces, ¿cómo se explica el increíble aumento de los problemas de salud mental?
Muchos estamos acostumbrados a relacionar la salud mental únicamente con el hecho de no padecer ningún trastorno grave. Pero en realidad es mucho más que eso. Quizás no te das cuenta pero el cansancio, el mal humor o la dificultad para concentrarte pueden ser ocasionados por conductas, que, sin darte cuenta están estropeando tu salud mental; como comer mal, el estrés o no dormir las horas necesarias. Presta mucha atención a estos malos hábitos.
En psicología un hábito es cualquier comportamiento que se repite regularmente, y que requiere de un pequeño o ningún raciocinio. Los malos hábitos más que innato son aprendidos.
Aunque es poco creíble, la postura guarda una relación con el estado de ánimo y emociones. ¡Levanta la mirada, espalda recta, camina derecho y seguro!
Estar en movimiento no solo es bueno para tu organismo, si no que tu cerebro te agradecerá porque una mejor circulación atrae mejores ideas. Además ayuda a reducir el estrés y darle una pausa a tus pensamientos.
Dejar las cosas para después te generará ansiedad y estrés de una manera muy perjudicial. Aprende a organizarte y haz las cosas en su tiempo. Es mejor ir de a poco y no sobrecargarse de tareas.
El uso constante de la tecnología, sobre todo de los smartphones, evitan que nuestro organismo se regenere y puede hacer que muchas veces desaproveches el presente. Además conlleva problemas de visión, ansiedad, estrés, insomnio, depresión y ansiedad.
Cuando no duermes, no permites que tu cerebro descanse. Si estás muchos días sin dormir, acelerarás la pérdida de neuronas cerebrales.
En las primeras horas del día es importante recibir el nivel de azúcar y proteínas que necesitas. Si no lo haces, las células del cerebro se degeneran y a largo plazo puede causar un accidente cerebrovascular (ACV), demencia o Alzheimer.
Si nunca tienes tiempo para ti mismo, tu estrés e irritabilidad aumentan. Deja a un lado el excesivo trabajo y reserva un poco de tu tiempo para ti. Todo el mundo merece un rato para hacer algo que le guste.
La productividad no tiene nada que ver con hacer muchas cosas a la vez, ni ser una persona “multitarea”; se trata de hacer las cosas mejor y más rápido, pero una a la vez. Hacer muchas cosas a la vez, desgasta mentalmente y se corre el riesgo de hacerlas mal.
Si te relacionas con personas que te hacen sentir menos desgastas tus emociones y con ellas tu bienestar.