De seguro, en más de una oportunidad, habrá escuchado a alguien decir que con la salud no se juega. Lo mismo pasa con todos, pero muchos no le prestan atención o, peor aún, la ignoran. Para que ese no sea su caso, lo recomendable es alimentarse correctamente y realizar actividad física constantemente.

Y, ojo, alimentarse correctamente no es lo mismo que comer hasta la saciedad. Más bien, es ingerir lo necesario para vivir y escoger los nutrientes apropiados para que nuestro organismo funcione adecuadamente.

El cobre es uno de ellos, pues ayuda al crecimiento y fortalecimiento de los huesos, a la formación del cerebro y del sistema nervioso, al transporte de hierro en la sangre, a la contracción muscular. En fin, son muchos los beneficios que trae a nuestro cuerpo. Eso sin mencionar que evita la anemia, los problemas cardiacos y de circulación sanguínea, y las anomalías óseas.

Ahora bien, este mineral no se halla en cualquier alimento. Nelly Zavaleta, nutricionista del Instituto de Investigación Nutricional (IIN) del Perú, manifiesta que se encuentra sobre todo en los de origen animal, como carnes de res, pollo y pescado. También en las vísceras como el hígado, en las menestras, el maní, el chocolate, en la yema del huevo y en las frutas secas como la ciruela y el durazno.

CONSECUENCIAS. Para el doctor Manuel Olivares, hematólogo e investigador del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de Chile, la deficiencia de cobre es menos frecuente que la de hierro y de zinc y habitualmente no es diagnosticada.

"Los grupos de mayor riesgo de experimentar esta carencia son los niños de menor edad, especialmente si tuvieron un bajo peso al nacer y no reciben alimentos enriquecidos con cobre, las embarazadas y los adultos mayores", refiere.

En resumen, el cobre es un nutriente que no puede faltar en la dieta diaria. Les garantizará buena salud a usted y a su familia. Sobre todo, les ayudará a prevenir enfermedades. Y como bien dicen, más vale prevenir que lamentar.