Además de ser un daño para los trabajadores, las fracturas y otras lesiones llegan a costarle a las empresas hasta once veces más que su tratamiento. José Castello, subgerente de Prevención de Riesgos de Salud Laboral de Rímac Seguros, afirma que diversos estudios han concluido que la relación entre los gastos de curación y los costos por pérdida de productividad pueden llegar a ser de una a doce. Es decir, si la curación de una fractura costó 200 nuevos soles, los gastos por falta de productividad ante la ausencia del trabajador en el centro laboral, los subsidios, su reemplazo y otros alcanzaría los dos mil 400 nuevos soles, explica el especialista.

"Este monto es mínimo si se considera que se ha calculado en base a un tratamiento de bajo costo. Las curaciones más caras llegan a 50 mil nuevos soles", detalla Castello.

Músculos en peligro. El doctor Castello añade que las fracturas, contracturas, tendinitis, esguinces y otras lesiones músculo-esqueléticas representan el 70% de las atenciones médicas relacionadas al trabajo en todo el mundo.

El dolor y las limitaciones de las funciones del cuerpo son los síntomas más relevantes de estas lesiones. En su forma aguda, se generan por un movimiento brusco o por el sobreesfuerzo. Un ejemplo de ellas son las lumbalgias, que llegan a inhabilitar a la persona hasta por dos semanas.

"Las lesiones crónicas son duraderas y se originan por esfuerzos repetitivos. El dolor ocasionado suele incrementarse. Incluso el paciente necesita terapias de rehabilitación y de readaptación laboral", dice Castello.

Potenciales víctimas. Según Castello, los trabajadores que tienen mayor riesgo de sufrir los llamados desórdenes músculo- esquelético son los que realizan labores manuales, movimientos repetitivos o mantienen posturas forzadas en el trabajo. Algunos de ellos son los albañiles, estibadores, mineros, agricultores, mecánicos, entre otros.

"Otros factores que podemos considerar como riesgoso son la edad. A mayor edad, mayor probabilidad de daño. Otro es la estabilidad laboral, pues las personas en condiciones de precariedad en el trabajo están más expuestas al riesgo", menciona el médico.

Evitar el riesgo. Los trabajadores tienen en sus manos la posibilidad de adoptar algunas acciones para no sufrir lesiones a los huesos y músculos. Algunas de ellas son la actividad física frecuente y la nutrición balanceada para mantener un peso adecuado, así como adoptar posturas adecuadas, afirma el especialista.

Por su parte, a las empresas les corresponde implementar procedimientos de trabajo para tareas críticas, rotar las funciones entre varios empleados, incluir descansos periódicos y ejercicios de relajación en la jornada laboral, recomienda Castello.

Además, destaca la necesidad de capacitar a los trabajadores en la correcta realización de sus tareas, establecer programas preventivos sobre las lesiones que podrían sufrir y promocionar un estilo de vida saludable. Todas las acciones de prevención son bienvenidas.