Los sismos no avisan, se presentan en cualquier momento, de día o de noche, estés en la ducha o cuando acabas de acostarte para dormir. Hay quienes salen corriendo de casa sin ningún control, pero también otros optan por brindar calma a los demás cuando se registra un movimiento telúrico.
Sea como fuera tu reacción, no tiene nada de malo sentir miedo. Es una reacción natural, asegura la psicóloga clínica, María Paz Sáenz. “Idealizar que haya alguien que sí puede mantener la calma, nos puede hacer sentir mal y decir: ‘que mal que me descontrolé’ y en realidad es humano asustarnos”, señaló.
Para tomar medidas frente a nuestras diferentes reacciones que podemos tener en estos casos, la especialista brinda algunos consejos que pueden ayudarnos a afrontar de mejor manera los movimientos telúricos y no ser víctima de nuestro estado de pánico.
- Preparar un plan: A las personas les suele dar ansiedad hablar de planes preventivos, pero es necesario hacerlo para prepararnos ante cualquier eventualidad. “Tenemos que hablar con la familia cuál es nuestro plan si se presenta un sismo porque ahora que trabajamos en casa, el plan es distinto”, nos recuerda la especialista. “Y dentro de este plan se debe considerar caminar lo mínimo posible, ir hasta el marco de la puerta, alejarse de los vidrios o las repisas que tumban cosas y nos lastimen”, añadió.
- Repetir el plan: Debemos hacer un simulacro familia. “Una de las cosas que ayudan a tener automatizado el plan de acción frente a un sismo es repetir varias veces el plan. Hay que tener en cuenta que esto volverá a pasar porque estamos en un país sísmico”.
- Conocer la realidad de la estructura de nuestras casas: Hoy en día tenemos claro que no existe una recomendación para todo el Perú porque existe diferentes realidades, saber que tienes una mala o buena estructura te puede dar confianza o alertar cuando sucede un sismo. “Tener lista la mochila de emergencia es necesario... La mascarilla tiene que estar en la mochila”, señaló la especialista.
- Conocernos para saber cómo afrontar los sismos: La especialista señala que hay personas que tienden a tener pensamientos catastróficos como pensar que el sismo se puede convertir en terremoto o que algo malo le puede pasar a la familia. “Allí nos ayuda el criterio de la realidad, recordar las cosas que tenemos al frente, las cosas que están pasando en ese momento: ‘El sismo no es terremoto, nada le está pasando a mamá o algún familiar, estamos en un lugar seguro’ y con ellos mantener la calma. Hay que poner las cosas en su real dimensión”, recalcó.
- Preparar un plan post sismo: Los que viven en una casa de material noble es recomendable salir de casa y esperar las réplicas. “Pasado el sismo recién comunicarnos con las personas que puedan necesitar ayuda dentro de nuestra familia. Siempre enviando mensajes de texto cortos para no congestionar las líneas”, señaló.
- Dar soporte emocional: La persona más calmada de casa puede dar el soporte emocional que necesita la otra parte de la familia. “Lo importante es que no se moleste con los más temerosos, que entienda que las personas somos distintas y que nos mueven miedos internos... Los temblores son impredecibles y por eso quedas en estado de alerta, hipervigilantes y sin poder dormir. Con mucha empatía hay que hablar con calma a los demás. Un grito no será lo que se necesita”.
- Hablar de las emociones que generó el sismo: Es importante traducir las emociones que generó este episodio. “Es bien importante que después de sismo podamos poner en palabras lo que hemos sentido y así nos evitamos las malas noches, el insomnio y las pesadillas. También es bueno reconocer que me asusté o pensé lo peor, pero siempre imponiendo la realidad”, añadió.