Hay enfermedades que causan discapacidad física, como la artritis y la artrosis. La primera es un mal crónico que degenera progresivamente el cartílago articular, pero sin producir inflamación.

La segunda, en cambio, es la inflamación de varias articulaciones del esqueleto y causa dolor, rigidez, deformidad y limitación en los movimientos.

Parecería que las personas con estos problemas no podrían o no deberían realizar ejercicios porque sería contraproducente para su salud. Pero esto no es cierto. En estos casos, el ejercicio físico es un efectivo tratamiento para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Un rutina especial. Leonel Lozano, deportólogo del Club Médico Deportivo Bodytech, explica que si los pacientes con artritis o artrosis dejan de ejercitar sus articulaciones, por el propio desarrollo de la enfermedad, estas dejarían de moverse y se volverían más rígidas antes de lo que se espera.

En ese aspecto, un programa de ejercicios hecho a la medida del paciente puede ser beneficioso para manejar el dolor y la fatiga, así como para preservar la estructura de las articulaciones y su función.

"Si bien estos pacientes pueden ejercitarse, lo cierto es que no pueden hacer cualquier rutina, todo depende del estado en que estén y si hay dolor o no", resalta el deportólogo.

Entre los ejercicios que pueden realizar, están los de fuerza isométrica –llamados así porque no hay movimiento, solo generan tensión muscular–, como empujar una pared o jalar la manija de una puerta cerrada. Esta rutina está dirigida especialmente a quienes tienen avanzada rigidez y para quienes hasta el más mínimo movimiento es doloroso.

Para los que aún pueden mover sus articulaciones, se recomienda la bicicleta estacionaría, hacer figuras en el suelo con los pies, caminatas, aeróbicos, pesas y máquinas. Todos estos ejercicios permiten estirar las articulaciones.

"Alguien que ya tiene la enfermedad, es posible que no pueda hacer todo. En ese caso, solo debe estirar sus músculos hasta el punto donde empieza el dolor. No tiene que esforzarse", comenta el especialista.

Toda rutina de ejercicios debe ir de menos a más, pues el trabajo es progresivo. Por ello, puede empezar a ejercitarse tres veces por semana, con un promedio de duración entre 30 y 60 minutos.