La búsqueda por ofrecer una mejor atención de salud ha dado origen a la toma compartida de decisiones. Es decir, este procedimiento promueve la participación activa del paciente en su tratamiento mediante la conversación con el médico. Esta propuesta es opuesta al popular concepto "visita de médico", donde el enfermo se limitaba solo a escuchar al profesional de la salud.

El endocrinólogo Víctor Montori afirma que el procedimiento ha dado buenos resultados en Estados Unidos. Sostiene que pacientes con diabetes, depresión y enfermedades mentales han compartido información sobre sus males con sus médicos y el resultado ha sido beneficioso. Incluso, pacientes que acuden al servicio de emergencia y niños han participado en el proceso de sus curaciones.

Juntos en el proceso. La toma de decisiones compartida tiene tres fases. Montori explica que en la primera el paciente comparte con el médico la información sobre su dolencia. "Tiene que brindar todos los datos necesarios, como sus hábitos, las enfermedades familiares o cómo le caen los medicamentos", indica.

Por su parte, el médico expone al paciente cuáles son los tratamientos disponibles para tratar la dolencia.

La segunda fase es la deliberación. Aquí se evalúan los pro y contra de adoptar determinada terapia. Por último, el consenso entre el profesional de la salud y su visitante sobre el tratamiento elegido es la fase final.

El éxito de este procedimiento depende de la predisposición de sus participantes. "El paciente tiene que hacer preguntas, llevarlas apuntadas en un papel o ir acompañado de alguien que lo ayude a plantear sus interrogantes", sugiere Montori.

En tanto, a sus colegas les recomienda prepararse para comunicarse de forma adecuada y mantenerse informados. Con ambos conocimientos podrán informar al paciente sobre qué tratamientos son más convenientes en la curación de su mal.

Caso peruano. Un estudio de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH) encontró que en las atenciones que se realizan en centros de salud públicos y privados hay muchas interrupciones. "La bulla, la alta cantidad de pacientes y otros factores impiden que el médico mantenga una conversación con su paciente", afirma el especialista.

Agrega que la investigación de la UPCH concluyó que esto sucede porque las clínicas y hospitales se orientan a la productividad.

"El sistema no se centra en el paciente ni en el respeto de sus necesidades", sostiene.

Por ello "no sorprende que cuando el paciente sale de la consulta no tenga la capacidad de decidir si debe seguir lo acordado en la consulta", opina Montori.

La propuesta está hecha a favor de los pacientes, ahora esperemos que las entidades hospitalarias la pongan en práctica.