"La animación es universal"
"La animación es universal"

A los 10 años, Eduardo Schuldt recibió de regalo un Atari 2600 cuyos gráficos, aunque pobres, lo dejaron tan impresionado que se propuso dedicarse a crear videojuegos. Sin embargo, más tarde llegaría Disney con películas como "Toy Story", lo que lo motivaría a ir por otro rumbo, uno que lo ha llevado a hacer cintas como "Piratas en el Callao" y la más reciente "Los Ilusionautas", además de formar la academia de animación FX & Animation School.

¿Cómo anda la industria del cine animado en 3D en el Perú?

Está creciendo muchísimo, es la más fuerte en la región. Desde que empezamos con "Piratas en el Callao" (2005) se han estrenado siete largometrajes y, de ellos, cuatro están entre los diez más taquilleros de toda la historia del cine peruano. Es más, en el 2012 se estrenaron entre siete y ocho películas, entre ellas dos animadas: "Los Ilusionautas" y "Rodencia y el diente de la princesa". Estas se llevan 80% de la taquilla entre las películas peruanas.

Aparte, estas cintas permiten explotar el merchandising.

Claro. El común de las películas peruanas no te permiten hacer eso. En Saga Falabella encontrabas peluches de "Los Ilusionautas", en Bembos había muñequitos, y además había pelotas, loncheras, cuadernos y fólderes.

¿Cuántas personas trabajan en una película animada?

Es un trabajo largo, le da empleo a mucha gente. Son por lo menos dos años en que tienes un equipo de, mínimo, 40 personas. Con "Lars y el misterio del portal" terminamos siendo 24, fue una cinta barata a comparación a otras.

Hollywood debe ser una realidad distinta.

Allá demoran cuatro años y tienen entre 300 y 500 personas. "Los Ilusionautas" costó algo más de $1 millón y una película hollywoodense no baja de los $100 millones.

Si comparamos "Piratas en el Callao" con "Los Ilusionautas" se ve que los gráficos son más sofisticados, ¿qué falta aún por mejorar?

Falta mejorar muchísimo: los gráficos, el estilo de animación, los guiones. A veces me dicen que el guión no es inversión, y es no es verdad. El guión lo escriben una, dos o tres personas, y además están los story artists. En total, hay un equipo de 30 personas que trabajan un año para terminar la historia y su desarrollo visual, y ahí ni siquiera se ha hecho una animación.

En sus últimos filmes ha recurrido a actores mexicanos para dar las voces a los personajes, ¿podríamos decir que eso es una mejora?

Lo que pasa es que cualquier película animada tiene doblaje mexicano, así que ya estamos acostumbrados a ese acento, aunque es ligeramente diferente. Funciona, y es atractivo y agradable para el público.

En una entrevista anterior le escuché decir que, si bien esto es un arte, también es un negocio.

La cosa es muy simple: si no entra dinero, tú dejas de producir. Es muy bonito escuchar gente decir que esto es un arte pero, a fin de cuentas, los chicos aquí tienen familia, tienen que trabajar y ganar dinero. Si hacemos algo que no funciona en la taquilla, esta industria desaparece. Es muy romántico decir "quiero hacer una película personal", pero eso no funciona.

Ese parece un mensaje para la mayoría de cineastas peruanos.

El cine peruano se mantiene porque hay premios. El 95% de las películas no recupera su inversión. Lo interesante de la animación es que es universal, yo puedo vender los "Los Ilusionautas" tanto en Perú como en Rusia -donde se ha vendido-, Alemania o Francia. Es muy raro que una cinta de ficción peruana salga del país, y más raro aún es que tenga éxito.