En tiempos de smartphones, tablets, nubes y demás artilugios tecnológicos, hay quienes preferimos prescindir de todo eso. Algunos los tildan de anticuados, nostálgicos y hasta subversivos de la innovación, y solo porque aprecian, por sobre todas las cosas, la sencillez y utilidad de lo básico y esencial, como las de un celular de gama baja.

Parece mentira, pero así piensan incluso en China e India, países donde, si bien se fabrican muchos de los últimos gadgets que salen al mercado, la mayoría de personas anda con teléfonos de pantallas azul, verde o amarilla. No tendrán

WhatsApp, GPS o Angry Birds, pero sí una linternita y muchas otras cualidades que ellos prefieren sobre todas las cosas.

Pasión vs. razón. Como los llevamos a todos lados, los celulares están expuestos a sufrir averías. No solo por medio de caídas, que son muy comunes, sino también por descuidos nuestros. Algunos han llegado a meterlo a la lavadora con la ropa. En cualquiera de estas circunstancias, para un smartphone ese sería el fin, pero un teléfono de los viejos tiempos es un poco más recio y podría superar el castigo.

El precio es otro factor en que los de gama baja aventajan a sus pares modernos. Por ejemplo, el Nokia 1200 cuesta, más o menos,

$20, mientras que uno de última generación puede ir desde $500. Una diferencia realmente exorbitante. Y eso que no contamos los planes de internet, que al mes se llevan buena parte del presupuesto.

Y, para muchos, por lo mismo que son baratos, no hay forma que alguien trate de robarlos. Así, pues, uno es libre de sacarlos con total despreocupación, aun en los sitios más peligrosos.

Otra de la razones que los amantes de lo clásico argullen es la duración de la batería. Su duración depende mucho del uso, y al no tener apps, funciones extras y otras ventajas, entonces obviamente pueden durar mucho tiempo más encendidos que el resto.

Así que, por más que pase el tiempo y surjan nuevos gadgets, muchos preferirán su "linternita" a estar conectados todo el día y llevar gran parte de la vida en su bolsillo. Total, los hay para todos. Solo es cuestión de gustos. Usted decide.