Chan Chan es uno de los 63 sitios arqueológicos ubicados en la costa peruana, desde Tumbes hasta Áncash, que se hallan en riesgo por la presencia del fenómeno El Niño, que este año amenaza con ser uno de los más severos.
El peligro radica en las fuertes lluvias que pueden caer en la zona y que ocasionarían daños a los muros y bases de la ciudadela, construidos principalmente con adobe (barro), material que cede fácilmente a las inclemencias del tiempo.
“Chan Chan presenta un cuadro de conservación grave debido a la fragilidad de su material de construcción que es tierra y a la vez antiguo. Hablamos de unos mil años de exposición a la intemperie”, indica Ricardo Morales Gamarra, conservacionista y presidente de la Comisión Sectorial ENSO del Ministerio de Cultura, que realiza acciones de prevención para mitigar los efectos de El Niño en sitios arqueológicos.
FINANCIAMIENTO. Ante esta emergencia, el Gobierno ha dispuesto recursos económicos para labores de prevención a fin de salvaguardar esos patrimonios culturales e históricos. “Es la primera vez en la historia de la prevención vinculada a la conservación del patrimonio cultural del país que se asigna dinero. Eso es muy importante. Debe mantenerse un presupuesto para prevención, pues antes se actuaba en el momento”, señala María Elena Córdova Burga, titular de la Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad.
A esa región se le otorgó, desde setiembre de 2014 a diciembre de 2015, unos 10 millones 500 mil soles para ejecutar acciones orientadas a mitigar los efectos de El Niño en 15 sitios arqueológicos, incluido Chan Chan.
PREVENCIÓN. Son múltiples las acciones para proteger el complejo arqueológico. Una es la colocación de una cubierta, hecha de caña de bambú y calaminas plásticas, de 4 mil 200 metros cuadrados en el sector Audiencias del Palacio Tschudi.
“Las cubiertas tienen unas canaletas por las que corre el agua de las lluvias a las zonas de menor riesgo, que son cajas receptoras, el líquido se traslada por unos tubos al área de Huachaque, que es un cuerpo de agua natural que sale del subsuelo y aparece como una gran piscina”, detalla Ricardo Morales.
El conservacionista destaca la importancia de este sistema de drenaje. “Existe uno en las canaletas, uno subterráneo y el de la superficie que está a la intemperie y tiene planos inclinados”, indica.
Otra acción ha sido la cobertura de los muros de otras zonas con el llamado “material de sacrificio”. “Es una mezcla de arena y tierra que se coloca en las cabeceras de los muros. Cuando llueve, ese elemento sufre el impacto de las lluvias, el original no se afecta, queda abajo”, dice Morales.
Con estas acciones, ya son varios los sectores de Chan Chan que están protegidos: huaca La Esmeralda, huaca Arcoiris, Uhle, Velarde, Gran Chimú, Toledo, Rivero, huaca Taycanamo, Laberinto, entre otros.
“Chan Chan no va a dejar de ser patrimonio de la humanidad por el fenómeno El Niño. La Unesco sabe de los esfuerzos que hace el Estado para proteger el sitio”, asegura la directora María Elena Córdova.
DATO
2 millones y medio de soles aproximadamente es lo que se ha invertido en la protección del sitio.