La presencia de un oso de anteojos (Tremarctos ornatus) entre las ruinas de la ciudadela de Machu Picchu llamó la atención de un grupo de turistas que visitaba ese santuario histórico de los incas.
El animal fue captado cuando descendía por los andenes situados en la ladera de la montaña para adentrarse en el bosque andino que rodea Machu Picchu.
La grabación, de apenas catorce segundos, fue publicada en Facebook y ya acumula alrededor de 25.000 reproducciones.
Otro oso de anteojos fue avistado a finales de agosto por un grupo de turistas que se encontraban en la montaña Huayna Picchu, situada frente a la ciudadela inca de Machu Picchu.
Cerca de Machu Picchu existe una reserva natural de osos de anteojos gestionada por la asociación Inkaterra, que alberga cinco ejemplares, tres machos y dos hembras, rescatados de circos y lugares donde vivían en condiciones inadecuadas de cautiverio.
Los osos de anteojos son una especie de mamíferos carnívoros de la familia de los úrsidos, los únicos de su especie en Suramérica, cuyas manchas blancas alrededor de los ojos son el rasgo más distintivo en el pelaje negro o café que rodea su cuerpo, que puede alcanzar 1,90 metros de longitud y 125 kilos de peso.