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La recreación del rostro del Señor de Sipán, el mayor soberano de la cultura prehispánica Mochica, desveló hoy la apariencia que tuvo el primer gran gobernante que se conoce del antiguo Perú, cuya figura es comparada con el faraón egipcio Tutankamón por su fastuosa tumba.

El Señor de Sipán, que reinó en la costa norte de Perú durante el siglo III d.C., mucho antes de que llegaran a esa zona los Incas, gozó de buena salud antes de fallecer a una edad que oscila entre los 40 y 55 años, según los análisis forenses hechos a su cráneo por el equipo de especialistas brasileños que recreó su rostro.

El resultado de la investigación fue presentado hoy por el arqueólogo peruano Walter Alva, descubridor de la tumba del Señor de Sipán en 1987, junto al diseñador Cícero Moraes y el odontólogo forense Paulo Miamoto, ambos miembros de la ONG Equipo Brasileño de Antropología Forense y Odontología (Ebrafol).

La presentación del rostro recreado del más reconocido exponente de la cultura Mochica fue lo más esperado de la jornada inaugural del octavo Congreso Internacional de Computación y Telecomunicaciones (Comtel), organizado en Lima por la universidad privada Inca Garcilaso de la Vega.

Moraes y Miamoto, conocidos por haber recreado anteriormente los rostros de los santos peruanos Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres, comentaron que la mayor dificultad en el caso del Señor de Sipán fue reconstruir su cráneo.

La calavera del gobernante se encontró fragmentada y deformada por el peso de las ofrendas de oro y del resto de sus riquezas que fueron colocadas en su tumba cuando fue sepultado hace cerca de 1.700 años.

Los investigadores utilizaron programas informáticos para ensamblar el cráneo con los trozos que faltaban, aplicarle técnicas forenses y añadirle los tejidos que lo rodean, en los que se calculó algunas variantes como las dimensiones y la forma de la nariz.

Walter Alva afirmó que "ha sido un verdadero reto llegar a este resultado con un cráneo tan maltratado por el tiempo", ya que se encuentra "severamente afectado y en un estadio de fraccionamiento muy fuerte".

"Hicimos un gran esfuerzo por reconstruirlo porque no tenemos la suerte de tener una preservación tan buena como el caso de los faraones momificados, que en algunos casos conservan incluso restos de tejidos", indicó Alva.

El arqueólogo aseguró luego a Efe que la recreación del rostro del Señor de Sipán ofrece la apariencia más aproximada a la realidad de lo que fueron las características físicas de un personaje que para su tiempo representó el poder divino sobre la tierra.

"La impresión que me causó es tan significativa como casi el mismo descubrimiento de la tumba. Es una nueva manera de recuperarlo del anonimato y que, además, trae a los peruanos un símbolo de una raza y una identidad", dijo Alva.

El descubridor del Señor de Sipán añadió que la raza originaria del norte de Perú tiene unas características inconfundibles y el rostro del gobernante presenta "rasgos de su investidura que además denotan su nobleza".

Moraes anunció que el busto con el rostro del Señor de Sipán y su cráneo ensamblado serán impresos en tres dimensiones para ser expuestos en el Museo Tumbas Reales de Sipán, que conserva los restos y las ofrendas halladas en la tumba del gobernante, con otras quince sepulturas que corresponden a los miembros de su corte real.

La tumba del Señor de Sipán fue descubierta hace 29 años por un equipo de arqueólogos dirigido por Alva en la zona de Huaca Rajada, situada cerca de la ciudad de Chiclayo, en la región de Lambayeque, a unos 860 kilómetros al norte de Lima.