Armando Bustamante: “Escribir es un acto absoluto de honestidad”
Armando Bustamante: “Escribir es un acto absoluto de honestidad”

Los miedos cotidianos pueden llegar a ser tan terribles y reales como los que le preocupan a la mayoría de personas. Esta es la idea que el escritor Armando Bustamante transmite en Constelación, su primera novela. En sus páginas descubrimos a una familia atrapada en sus temores, los cuales por lo general son vistos con desdén, pero que necesitan una solución o al menos un paliativo.

¿Escribir una novela sobre la historia de una familia implica que también cuentes cómo ha sido tu experiencia?

Creo que la escritura es una autoexploración, contar una historia, una verdad, en este caso, a través de la ficción. Y, cuando se trata de la familia, la autoexploración es incluso mayor. Es, en realidad, compartir una visión de cómo ves tú desde tu sitio tu propia familia, pero también lo que puedes observar de otras.

¿Qué tan complicada ha sido esta autoexploración, que trae mucha culpa y miedo? Esta es una historia de aprendizaje, de descubrimiento, pero también de lucha. Ese descubrimiento a veces es doloroso. Y me interesaba ese proceso de la culpa. Dentro de la familia, uno tiende echarle la culpa al otro por algunas cosas que uno siente. Y a veces esa culpa es más nuestra que del otro. La escritura sobre cualquier tema, si es real y honesto, es como desnudarse. Y esa visión es lo más personal que hay. Compartir eso puede escarbar en muchas cosas dolorosas. Ser honestos es bien difícil. Escribir es un acto absoluto de honestidad. Y esa honestidad a veces duele.

En esta novela hay referencias al género policial y trabajas con enigmas que se resuelven, pero al final se da un caso que no…

Sí, me interesaba ver esto como un rompecabezas, porque la familia es eso: un rompecabezas de piezas que se van descubriendo. A veces duele descubrir tal pieza y te alivia descubrir otra. Las piezas se van armando poco a poco. Vas descubriendo de dónde viene el temor, el miedo, la culpa, el trauma y hacia dónde pueden llegar si armas esta figura. Esta novela se trata de que cada uno tiene que tomar una decisión que está abierta. Me pareció que el lector debía hacerse las mismas preguntas que yo me hice al escribir la novela. Y queda una gran pregunta al final que no quise cerrarla.

La historia está ambienta de los 70 hasta pasados los 2000. ¿Por qué no se retrató el miedo de ese entonces en contraposición con el drama familiar?

El miedo de salir a la calle, que le infunde la madre al hijo, no era por peligros como terrorismo o la delincuencia, sino por peligros más irracionales, como que le atropelle un auto al cruzar la pista. Esto tiene mucho que ver con una enfermedad, una fobia, una cosa irracional. Por eso no lo aterricé a los verdaderos miedos que había en esa época. Son miedos más cotidianos porque no quería que el lector de los ochenta se sintiera identificado, sino que un lector de cualquier familia o época se pueda sentir identificado.

Esos miedos cotidianos, por lo general, son dejados de lados en nuestra sociedad...

La gente no les presta atención, no los valora y los menosprecia. Solo dicen: “Está en tu cabeza”. Pero el que esté en tu cabeza lo hace más difícil. La mente es muy fuerte: tú la controlas o te controla a ti. Es una cuestión que recorre la novela y mucha gente lo subestima. Los miedos cotidianos también son reales. Esta es una revaloración de los miedos para enfrentarlos y para que los lectores busquen sus respuestas.

PERFIL

Armando Bustamante

Periodista y escritor

Es comunicador por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Trabajó en diversos diarios y fundó la marca de difusión literaria Marca Página.

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