​Artista española reúne cerca de 200 libros que fueron censurados en la historia
​Artista española reúne cerca de 200 libros que fueron censurados en la historia

Cerca de doscientos textos literarios han sido reunidos por la artista española Alicia Framis, la muestra se llama "La habitación de los libros prohibidos", todos estos a lo largo de la historia han sido censurados por motivos políticos o religiosos.

Entre estos libros que Framis ha seleccionado después de una investigación previa de varios años figuran "obras que pertenecen al patrimonio cultural mundial" como "Cándido", de Voltaire; los escritos de Giordano Bruno; "Lolita", de Nabokov; "El segundo sexo" de Simone de Beauvoir, o "Don Quijote" de Cervantes, "primero censurado por la Inquisición y recientemente prohibido en Arabia Saudí por incitar a los lectores a ser libres".

La obra, que fue adquirida por la Colección Banco Sabadell, se exhibe desde hoy y hasta el próximo 14 de mayo en el espacio Il Salotto de la Blueproject Foundation de Barcelona, después de que se pudiera ver en el Museo Picasso de Antibes (Francia) y el Art Basel-Parcours en 2015.

La artista explicó hoy en la presentación que esta pieza forma parte de la serie "Habitaciones Prohibidas", integrada por "una serie de habitaciones en las que se cuestiona el actual entorno social y humano, los dispositivos de alienación y otros medios de coacción".

Esta biblioteca reúne, según explicó Framis, "libros que han sido objeto de censura, que están o han estado prohibidos y cuyos autores han sufrido o siguen sufriendo dificultades con el poder judicial o político, en algunos casos graves, pues han pasado por la prisión, la tortura o la muerte".

Los libros han sido forrados con una sobrecubierta negra con una leyenda en la que la artista explica la causa de la prohibición de la obra en cuestión.

La intención de la artista es que "la gente reflexione sobre las situaciones y contextos en que los doscientos libros expuestos fueron prohibidos en diferentes momentos de la historia; y tomando conciencia de eso, se agrega otra capa: las relaciones establecidas entre los lectores porque lo que pasa entre las personas sentadas en este espacio mientras leen estos libros es lo más importante", señala.

En definitiva, "la habitación es solo una excusa para iniciar un diálogo en un contexto como el actual, en que los jóvenes se comunican sólo a través de las redes sociales".