La prostitución en la Edad Media protegía a las mujeres honorables por esta razón
La prostitución en la Edad Media protegía a las mujeres honorables por esta razón

En la edad media, eran muchas las interpretaciones que se les daba a la prostitución. Según el blog "Paseando , dice que fue reconocida por la Iglesia y por otros sectores como un 'mal necesario'. Muchos de los burdeles públicos en las ciudades castellanas en la Edad Media atentaban contra la tranquilidad moral y fomentaba la violencia callejera, además de la inseguridad. Se dice que la prostitución no solo lo ejercían mujeres solteras, también casadas, profesionales entre otras. 

Como la prostitución era vista como una distracción masculina, se intentaba justificar este acto como una especie de protección contra cualquier tipo de violencia sexual hacia las mujeres honorables. Como lo eran las solteras, viudas, casadas y vírgenes. "Hasta ahora nos hemos referido siempre a la prostitución femenina, la única que el código moral de la época (como durante los siglos posteriores) permitía", detalla el libro "Poder y prostitución en Sevilla: La edad moderna".

Según el libro "Poder y prostitución en Sevilla: La edad moderna" de Francisco Vásquez García, explica lo siguiente, "el monarca ordenaba cerrar dichas casas y relegar a las prostitutas a los burdeles oficiales. El castigo para las mujeres sería de azotes; a la abadesa se le cortarían las narices y se la expulsaría de la ciudad; a los propietarios de los inmuebles que los alquilasen a sabiendas de su uso se les incautarían las casas. Para poder distinguir claramente a la mujeres públicas de las honradas, se ordenaba."

Muchos moralistas, forzaban a las prostitutas a la reforma, bien a través del matrimonio, o bien convirtiéndose en monjas. De hecho, había muchos monasterios creados específicamente para las meretrices que deseasen abandonar la profesión. Es así que, la Iglesia requirió que adoptasen algún distintivo en su vestimenta, que el gobierno de cada ciudad seleccionaba. Por ejemplo, en Milán la prenda que las distinguía era un manto negro, mientras que en Florencia llevaban guantes y campanas en sus sombreros. Muchas ciudades decidieron sacar tajada de la situación y crearon leyes que regulaban los burdeles, cobrando un porcentaje de sus ingresos.

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