El escritor y filósofo Miguel de Unamuno dijo alguna vez que “la lengua es la base de la continuidad, en espacio y tiempo, de los pueblos y es, a la vez, el alma de su alma”. Efectivamente, la lengua y el pueblo que la habla tienen una estrecha relación de identificación y coexistencia.
Prueba de esto es que una comunidad muchas veces es llamada por el nombre de su lengua, y si esta llega a desaparecer, es muy probable que el pueblo que la habla también se extinga.
“Cuando desaparece una lengua, desaparece un pueblo, generalmente. La desaparición de la lengua es un problema social de la dominación cultural. Me refiero a la existencia de jerarquías en una sociedad, donde hay pueblos y por lo tanto lenguas que son consideradas importantes y reciben apoyo y otras que no y son empujadas a la desaparición”, señala Agustín Panizo, director de Lenguas Indígenas del Ministerio de Cultura.
Situación de nuestras lenguas. Según el Documento Nacional de Lenguas Originarias del Perú, publicado en 2013 por el Ministerio de Educación, existen actualmente 47 lenguas identificadas, cuatro de ellas están en condición de peligro, 17 seriamente en peligro y 35 se han extinguido desde la llegada de los españoles.
ACCIONES. El Ministerio de Cultura, en conjunto con otros sectores, ha puesto en marcha acciones para fortalecer nuestras lenguas originarias y evitar su extinción. Un ejemplo de esto es el trabajo coordinado con el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), que consiste en que los adultos mayores hablantes de lenguas nativas del programa Pensión 65 trasmitan los conocimientos sobre su idioma a las generaciones más jóvenes.
También está la labor en conjunto con el Poder Judicial, con el que se realizan actividades como la capacitación e incorporación de intérpretes y traductores en procesos judiciales con el objetivo de que ayuden, a los miembros de las comunidades y etnias que se encuentren en condición de procesados, a comprender los actos procesales que se ejecuten y así garantizar el debido proceso.
Panizo resalta la importancia de estas acciones, pero asegura que las más importantes son las de revitalización de la lengua, las cuales son realizadas principalmente por el Ministerio de Educación (Minedu). Así lo reafirma Elena Burga Cabrera, directora general de Educación Básica Alternativa, Intercultural Bilingüe y de Servicios Educativos en el Ámbito Rural del Minedu, quien sostiene que trabajan en el fortalecimiento y revitalización de las lenguas en la escuela. Indica que es importante que los estudiantes de los colegios aprendan en su lengua originaria y en castellano, es decir, que se formen en una escuela bilingüe.
Para esto, el Minedu viene desarrollando diferentes estrategias. Una de ellas es la enseñanza del quechua en los colegios como asignatura obligatoria, y en el caso de los estudiantes que manejan el idioma algunos cursos se les imparten en esta lengua. Otra estrategia es la “cuna lingüística”, que consiste en reunir a los bebés para que escuchen a los ancianos hablar en su lengua materna y así se acostumbren a sus sonidos y comiencen a aprenderla. Además, está la constante capacitación que realiza el ministerio a los profesores en la enseñanza del idioma.
CONDENADAS A MORIR. A pesar de estos esfuerzos, según Burga, siete lenguas desaparecerán con el tiempo debido, principalmente, a que ya no es posible que sean enseñadas por su poca cantidad de hablantes. Estas son el isconahua, taushiro, cauqui, chamicuro, iñapari, muniche y resígaro.
IMPORTANCIA. No dejemos que desaparezcan. Para Burga, un niño que aprende su lengua se siente seguro de sí mismo, ya que esta reafirma su identidad. Por su parte, Panizo resalta: “Fortalecer la lengua es darle a los pueblos la oportunidad de subsistir”.