​Mujeres Consuelo: La desgarradora historia de las esclavas sexuales en la II Guerra Mundial
​Mujeres Consuelo: La desgarradora historia de las esclavas sexuales en la II Guerra Mundial

Las “mujeres de consuelo” eran aquellas que eran obligadas a trabajar como esclavas sexuales de los soldados a comienzos de la década de 1930 y hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial.

De 11 años para arriba, todas las mujeres consuelo fueron esclavas arrebatadas de sus hogares para satisfacer las necesidades sexuales del ejército japonés.

Ese aspecto de la historia no fue divulgado hasta principios de los años 1990, cuando una mujer sudcoreana dio la cara y otras la imitaron, exigiendo ayuda y admisión de culpa de parte de los japoneses. Desde entonces, los dos países han mantenido diferencias en torno a qué tan mal fueron tratadas estas mujeres por los japoneses y qué debe hacer Japón en compensación.

También se argumentó que los prostíbulos tenían la finalidad de amansar el pronto revolucionario de los soldados, de calmar los desórdenes disciplinarios de los militares contra sus propias autoridades y de evitar las enfermedades venéreas. Pero en torno a 2.000 soldados japoneses murieron debido a infecciones sexuales.

TREINTA HOMBRES AL DÍA

Uno de los requisitos para poder ser la "escogida" como mujer consuelo era que esta fuera soltera y joven, es así que para salvarse de esta tortura en vida, muchas mujeres de esta edad buscaban casarse a como de lugar para evitar ser una consuelo de alguien.

Tenían como órdenes sexuales satisfacer los deseos de hasta 30 hombres al día y noche, sin queja alguna. Además de esto, el tiempo estimado para cada soldado con estas mujeres era de como máximo 30 minutos.

PREVENCIÓN.

Teniendo en cuenta el riesgo que estas actividades sexuales conllevaban, cada siete días las mujeres consuelo eran revisadas por médicos y cada quincena las inyectaban el 606 que era un medicamento para prevenir la sífilis y provocaba el aborto. Con los años, se supo que como consecuencia, muchas mujeres nunca consiguieron ser madres.

DISCULPAS.

Japón ofreció una disculpa en 1993 y una comisión investigadora del gobierno concluyó que muchas mujeres fueron llevadas en contra de su voluntad y “vivieron en la miseria, bajo un ambiente coercitivo”.

En 1995 Japón pagó casi $44 millones a ser usados en proyectos médicos y otros programas que favorecieron a más de 280 personas, incluidas 61 sudcoreanas, aunque muchas rechazaron el dinero y siguen exigiendo una disculpa.

Japón sostiene que ya resolvió todas sus cuentas pendientes con Corea del Sur en un acuerdo sellado en 1965.

En una entrevista que brindó una de las damnificadas, Nanumui Jib, dijo: "lloré tantas veces que hacia el final de la guerra no me quedaba ningún diente. Caminé a duras penas. Me siento tan sola...no quiero vivir".