Hacer frente a la violencia dentro y fuera de las canchas de fútbol es un pendiente del gobierno central y local, y de las instituciones dedicadas al fútbol peruano. La muerte de tres barritas en un enfrentamiento entre grupos de lo0s clubes Universitario y Alianza Lima reflejan la inactividad de las autoridades ante este problema social.
Raúl Castro, antropólogo y decano de la facultad de Comunicación y Publicidad de la Universidad Científica del Sur, afirma, en una entrevista para el grupo El Comercio, que los hechos criminales sucedidos en el fútbol “son consecuencia de la laxitud total de instituciones deportivas y de las autoridades” por gestionar un espectáculo deportivo.
“Todos los limeños sabemos cuáles son las rutas donde suceden hechos de violencia entre barristas... Es lamentable que las autoridades tengan que recurrir a las filmaciones de los municipios porque no son capaces de estructurar un sistema mínimo de videovigilancia, que es lo que ha logrado que en otros países la violencia practicamente desaparezca. El fenómeno de hooliganismo desapareció en Inglaterra gracias a la videovigilancia y la trazabilidad de los sujetos peligrosos... pero para nuestras fuerzas policiales, el Ministerio del Interior y las instituciones deportivas eso es ciencia ficción. Simplemente, tienen que llamar a una universidad para que les diseñen ese tipo de seguimiento y aplicarlo. Mi percepción es que no les interesa porque prefieren tener una fragmentación y precariedad en el sistema con la finalidad de tener sistemas de clientelismo para poder reelegirse”, sostuvo el antropólogo.
Raúl Castro asegura que sí se puede eliminar la violencia en el fútbol peruano tal como lo han hecho nuestros países vecinos como Chile y Argentina siempre y cuando los clubes de fútbol y el gobierno central tenga interés en hacerlo.
“Tiene que haber un compromiso de las autoridades principales porque los aficionados están poniendo lo mejor de sí, y no por un par de delincuentes vamos a perder la fe en la organización ciudadana. Yo no creo que los ciudadanos estén fallando, están fallando los simulacros de instituciones que existen y el Estado que no regula ni organiza para nada un sistema de seguridad que es su prerrogativa. El Estado no se tiene que meter a organizar los clubes, el Estado tiene que exigirles a ellos un plan de desarrollo porque de por medio está la seguridad de miles de familias. Además, de supervísalos y proveerles las herramientas. Aquí hay dos actores claves: los simulacros de instituciones para que se conviertan en instituciones reales y los organismos del estado que deben fiscalizar esto”, remarco.
“No es posible que no haya un mapa de videovigilancia, dónde están los profiles de la gente que está bajo vigilancia y que está expulsada de ver el espectáculo. Esa no es ciencia ficción, lo hacen los países vecinos. Allí colisionas con dirigencias que no tienen interés en ello, entonces debería haber una huelga de aficionados donde nadie va (al estadio) hasta que exhiban los planes de seguridad y de gestión de toda la movilidad urbana que hay”, agregó Castro.